Ni primero con Diego Merino ni ahora con Juan Velasco el Extremadura ha conseguido levantar el vuelo en lo que va de temporada en Segunda B. El conjunto azulgrana está en una delicada antepenúltima plaza, a cinco puntos de la promoción y a seis de la salvación directa, cuando la primera vuelta está a las puertas de finalizar. La llegada de Velasco, eso sí, ha provocado una mejora notable en las sensaciones del equipo que no se ha traducido en muchos más puntos. Con Merino en el banquillo, el Extremadura logró seis puntos en ocho jornadas. En los mismos partidos con Velasco ha logrado siete, solo uno más.

Pese a que las cifras no engañan, el ánimo ha cambiado en el cuadro azulgrana, que ahora se muestra más competitivo en todos y cada uno de los partidos que disputa. Ante el Marbella posiblemente mereció mejor premio, pero los errores individuales le condenaron. En el vestuario están muy enfadados con la actuación del arbitro Escudero Marín, del colegio castellano-manchego. La jugada del penalti de Ismael y el gol fantasma de Saavedra focalizaron las críticas de los futbolistas. Por si fuera poco, el trencilla expulsó a Barragán por doble amarilla ya en el túnel de vestuarios, por lo que el sevillano será baja ante el Real Jaén el próximo domingo.

El Extremadura afronta hoy su jornada de descanso antes de regresar mañana a los entrenamientos para preparar lo que empieza a catalogarse como una auténtica final. Aunque nadie quiere echar números en la calculadora, a nadie se le escapa que el Extremadura está obligado a sumar, al menos, dos victorias más antes del parón navideño en tres jornadas.