El montañero navarro Iñaki Ochoa de Olza falleció ayer en la pared sur del Annapurna (Himalaya), afectado por una grave lesión cerebral complicada en las últimas horas por un edema pulmonar, tras no poder recibir ayuda médica a una altitud de más de 7400 metros, inalcanzable para los helicópteros.

Ochoa de Olza, de 40 años, había realizado 30 expediciones al Himalaya y si hubiera alcanzado la cima, habría significado para él su decimotercera ascensión a un ´ochomil´, altura que empezó a escalar desde lo 22 años. Por expreso deseo y para no poner en riesgo otras vidas, descansará para siempre en la ladera de la montaña.

El deportista español tuvo que renunciar el pasado lunes a la cima del Annapurna (8.091 metros) por problemas de congelaciones y decidió volver al campamento base ubicado a 7.400 metros de altitud, donde ha permanecido hasta el momento de su fallecimiento. Durante los cinco días que permaneció allí su estado se fue agravando, de manera que un grupo de 14 montañeros pusieron en marcha sin éxito una operación para trasladarle hasta donde pudiera ser recogido por un helicóptero.