Cuando la caída se produce delante todos la ven. Todos vieron a Beloki en el suelo y a Armstrong buscando su atajo milagroso hacia París. "He pasado mucho miedo cuando me he salido de la carretera", confesó el líder.

Armstrong se encontró a Beloki en su camino. Optó por lanzarse por un campo, donde sólo había tierra, ni una piedra, ni un árbol. A 60 kilómetros por hora, tal vez no tuvo tiempo de pensar, de unirse al grupo andando, que habría sido lo más reglamentario. Sólo frenó cuando al final del campo se encontró una zanja. Entonces, se bajó de la bicicleta y se unió al pelotón. "Enlazó porque decidimos parar y esperar a Beloki", dijo Zubeldia.

Hamilton, su exgregario y hoy rival, le hizo un claro gesto con la mano. "Vuelve hacia atrás". El estadounidense del CSC quería que Armstrong retornase al lugar de la caída de Beloki y no 200 metros más adelante, cuando surgió del campo a través. "Armstrong ha modificado su trayectoria para evitar a Beloki caído. Ha ido campo a través, pero no procede sancionarle porque no ha cogido ventaja sobre sus compañeros de pelotón", comunicó el jurado.

El reglamento de la Unión Ciclista Internacional (UCI) es confuso. "Sólo obliga a los corredores a regresar al lugar del accidente, en el caso de caída en una contrarreloj. En etapas en línea pueden darse situaciones como la ocurrida a Armstrong. Sólo se le sancionaría en tiempo si se observa que ha podido haber mala intención", indicó Josep Dami Bochaca, juez internacional de la UCI. Y Armstrong es mucho Armstrong.

UNO MAS

Beloki, mientras tanto, tendrá que espera como mínimo un año más para hacer realidad su sueño de ganar el Tour, pues la desgracia se cebó con él en la novena etapa y a falta de cuatro kilómetros para la meta de Gap, dio con sus huesos en el suelo y con ello se esfumaron sus esperanzas.

Su trayectoria en la carrera francesa es propia de los campeones. No ha vestido la camiseta de líder, pero en años anteriores subió al podio para recoger los laureles de tercero en dos ocasiones (2000 y 2001) y de subcampeón el pasado año. Sólo le faltaba ser primero y en la presente edición llevaba camino de ello, pues en las jornadas alpinas ha sido uno de los pocos que ha puesto contra las cuerdas a Lance Armstrong.

Es uno de los abandonos más sonados de las últimas ediciones, una carrera en la que han sido muchos los corredores que por caídas o enfermedad han tenido que abandonar vistiendo la camiseta de líder. Beloki no la tenía, pero la acariciaba al estar muy cerca... y ahora tan lejos.