El Cáceres Patrimonio de la Humanidad respira una precavida felicidad. Las cuatro victorias consecutivas y emerger desde el penúltimo hasta el séptimo puesto de la clasificación de la LEB Oro han provocado una ola de optimismo alrededor del equipo, que intenta meter debajo del parquet las tentaciones de euforia.

La consigna es la misma: perder seis partidos seguidos está demasiado cerca como para creerse los Warriors. Las consignas las maneja Ñete Bohigas dentro de ese tono de ascendencia en el vestuario y evidente complicidad con los jugadores nacionales. "Estamos contentos, pero con los pies en el suelo. Hemos aprendido de lo que ha pasado esta temporada, porque pueden venir bien dadas y mal dadas. Intentaremos mantener el mismo nivel de juego", dijo ayer el técnico.

La prioridad sigue siendo mantener la categoría, algo bien encaminado cuando a estas alturas hay el mismo número de partidos ganados que de perdidos (ocho).

"Eso te da cierta tranquilidad, pero queda casi toda la segunda vuelta. No renunciamos nada, pero sabiendo que todo lo que sea estar por encima de los puestos de abajo estará bien", añadió el entrenador, reiteró que hay que ir "poco a poco". "Sé lo que son seis derrotas consecutivas y lo que cuesta levantarlas y recuperar el nivel. Estamos confiados en nuestras posibilidades, pero sabiendo el equipo que somos", indicó.

Una obsesión suya es recuperar a los lesionados. Mansour Kasse está descartado para el viernes en Huesca y Añaterve Cruz, con un dedo lastimado, es duda. Lo tiene peor que Alvaro Frutos, recuperándose de su dolencia en la espalda.

A Bohigas no le importó reconocer que, en el caso de que el problema de Cruz hubiese sido óseo, el club hubiese estado obligado a acudir al mercado. "Hoy por hoy, no, pero hubiésemos tenido que ver algo. Ya hemos descartado que Aña tenga algo grave, pero vamos a ver cuánto dura", explicó.

En el horizonte aparece esa cita en Huesca que va cogiendo dificultad a medida que se acerca. Los aragoneses son el único equipo que lleva mejor racha que los extremeños en la liga: cinco triunfos seguidos. "Va a ser un partido muy duro. Ellos están jugando muy bien. Es un equipo muy joven y muy agresivo, con un nivel de dureza tremenda. Crecen y crean a través de una defensa muy buena", declaró.

El capitán

Uno de sus hombres de confianza, Luis Parejo, fue más ambicioso. "Sin dejar de mirar hacia abajo, pero... ¿por qué no podemos soñar un poquito?", se preguntó.

Sobre Huesca, utilizó casi las mismas palabras: "Va a ser un partido bastante duro. El Huesca está yendo de menos a más. Es un equipo muy trabajado, en buena dinámica". Eso sí, advirtió: "Esperamos sacarlo".

Una vez más ha sido incluido en el mejor quinteto de la jornada tras sus 30 puntos de valoración ante Castelló. "Siempre es más gratificante cuando hay victoria, pero no dejan de ser números. Lo importante es el equipo", refrendó.