Hubo un tiempo, y no hace tanto, en que Alex Ferguson y José Mourinho cruzaban palabras venenosas. Ahora, en cambio, son amigos y solo cruzan elogios y llamadas telefónicas. Hace una semana, justo en medio de la semifinal europea entre Barça y Madrid, Ferguson, el técnico del Manchester, cogió el teléfono y marcó el número de Mou . "Hablo con él bastante, muy a menudo, lo hice la pasada semana", confesó Ferguson tras eliminar al Schalke.

A partir de ahora, esas llamadas serán más constantes. "Yo ya sé cómo juega el Barcelona, es un equipo fantástico. Lleva dos años brillantes, pero no nos dan miedo", recordó el técnico escocés. "Desde la perspectiva de Mourinho, la información que nos puede aportar será de gran ayuda. Nos será útil", añadió Ferguson. La gran pregunta es qué le dirá Mou. Que salga el Manchester a cederle la iniciativa la Barcelona, como ha hecho en tres de los cuatro clásicos. En todos, excepto en la final de Mestalla. O que sea más agresivo para dar un paso al frente, adelantar al Manchester hacia el área de Valdés, para intimidar físicamente al conjunto azulgrana.

Ahora, Ferguson tiene tres semanas para consultar con Mourinho el plan para desarticular al Barcelona. Tiene muy claro lo que sucedió en la final del 2009 cuando el Manchester de Cristiano Ronaldo, Rooney, Giggs, Tévez y compañía apareció en Roma seguro de que el equipo de Guardiola no le quitaría la corona. "No creo que debamos ir a Wembley bajos de confianza. Ahora no tenemos ninguna baja, tenemos que encontrar una solución para jugar contra ellos", recalcó el técnico del Manchester United.

CHOQUE DE TRADICIONES Mientras Guardiola asistía al paseo del equipo inglés en Old Trafford con una alineación repleta de suplentes (4-1), Ferguson le daba vueltas primero al duelo del domingo con el Chelsea (tiene tres puntos de ventaja y se juegan la Liga) y a la final del próximo 28 de mayo. "Una final en Wembley debe representar las cualidades y las historias y tradiciones de ambos clubs", subrayó el escocés, convencido de que no se repetirá el clima bélico que se vivió en la semifinal entre el Barça y el Madrid. "Será diferente, eso pasó por el tribalismo que se da entre ambos clubs en España. Pasaron muchas cosas y te dices: ´Bueno, espero que no suceda en Wembley´", contó.

LA SANCION DE ´MOU´ La UEFA hará pública esta tarde la sanción a Mourinho por sus declaraciones tras el encuentro de ida de semifinales ante el Barcelona. Ayer, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, habló con Michel Platini, presidente de UEFA, para mostrarle su malestar por el arbitraje en ambos partidos. Nada de eso impedirá que Mourinho reciba una sanción ejemplar, que podría oscilar entre cuatro y seis partidos, además de una fuerte multa.

Además, la UEFA podría abrir expediente a Iker Casillas y a Cristiano Ronaldo por dar a entender que el Real Madrid fue robado en el partido de vuelta. El club blanco recurrió la decisión de la UEFA de no admitir la demanda contra varios jugadores del Barcelona por conducta antideportiva.