Aparte de pasarlo algo mal por el calor --un gallego que cambia Santiago de Compostela por Cáceres en pleno agosto--, a Nano Maroño se le ve resuelto y con ganas de hacer algo importante al frente del Extremadura Cáceres 2016 de la División de Plata de fútbol sala. Es consciente de que los recortes presupuestarios del club se lo pondrán más difícil, pero no tiene miedo.

--¿Cómo afronta el reto de entrenar en División de Plata?

--La verdad es que es un lujo un placer entrenar en esta categoría. Sabemos que el recorte, tanto de jugadores importantes como de presupuesto es grande, pero es un proyecto que están queriendo vender desde la propia directiva, con el que yo me siento bastante identificado, que es el de formar cantera y dar oportunidad a los jugadores jóvenes.

--Ha comentado que ha habido recortes, ¿le hubiese gustado contar con un poco más de dinero para los fichajes?

--Sí, lo que pasa es que parecería un entrenador llorón. Llegar aquí y decir: "A mí ponme el Boomerang" y "¡ala, qué bonito!". A mí me han hablado muy claro de los objetivos, del planteamiento. Yo me considero un entrenador luchador, que afronta estos retos con muchas ganas.

--Va a competir en un grupo con nueve equipos recién ascendidos, ¿qué le parece?

--Me gusta el grupo porque, aunque es desconocido, hay equipos nuevos con el mismo planteamiento que el nuestro, tirar con jugadores de la casa. En realidad, si nos damos cuenta el fútbol sala ha vivido de brasileños y extranjeros. Se ha perdido esa imagen de jugador nacional y ahora se está volviendo un poco por el buen camino.

--¿Qué ofrece Fernando Maroño con respecto a juego?

--Yo lo que tengo es experiencia como jugador. Me he recorrido, prácticamente todas las categorías del fútbol sala nacional, sobre todo en el grupo del norte. Es un grupo en el que el nivel físico es muy importante. Yo me traigo esa filosofía y igual aquí costará asimilarla. Creo que si somos capaces de pensar en que el trabajo lleva al éxito tendremos mucho avanzado.

--¿Trabajo físico y espectáculo van reñidos?

--No. Lo que pasa es que yo me quiero ceñir al físico, pero en cuanto al juego, me encantan los equipos valientes. Yo siempre les digo a los jugadores que entre la valentía y la tontería hay un hilo muy fino y el que juega es el que tiene que saber distinguirlo. A partir de ahí me gustan los jugadores que piensan y que son atrevidos. Pero si se trata de un jugador vago, no me interesa.

--¿Qué objetivos e ilusiones se trae ´Nano´ Maroño en la maleta?

--La experiencia me dice que el objetivo es el día 12 (de septiembre). Ir a Lanzarote con la posibilidad de haber hecho un buen trabajo en pretemporada y con mucha ilusión intentar llevar a toda la plantilla. Lo importante es que no haya lesionados. Y a partir de ahí, empezar a pensar en el día siguiente. Sé que es un tópico, pero pensar en lo que va a pasar en mayo sin saber lo que va a pasar mañana es presionar a una plantilla que tiene que concentrarse en crecer futbolísticamente y no en que va a pasar dentro de diez meses.