En el Cacereño están felices como nunca en el último año, con una sensación de euforia que solo se recuerda con la eliminatoria copera del 2012 ante el Málaga. Pero eso no quiere decir que todo vaya a quedarse como está ahora en la plantilla. La apertura del mercado de invierno, el 1 de enero, traerá cambios, ajustes necesarios para consolidar las crecientes opciones de meterse en la fase de ascenso a Segunda División por primera vez desde 1997.

Habrá fichajes. Y, por consiguiente, bajas para poder hacerles hueco. La hoja de ruta está ya escrita en los cuadernos privados del consejero delegado, Antonio Martínez Doblas, y el entrenador, Angel Marcos, que como es lógico no quieren desviar la atención ni alterar el equilibrio del vestuario por ahora, sobre todo teniendo en cuenta que las incorporaciones no podrían debutar hasta el 2014.

ADELANTE Y ATRAS La primera posición que se ha pensado en reforzar es el lateral izquierdo. Mario Pizarraya es el único jugador especialista dentro del grupo en esa ubicación concreta. Sin ir más lejos, su ausencia el próximo domingo ante el Guadalajara tendrá que ser cubierta por un central, Gonzalo Llerena, aunque no será la primera vez que juegue ahí. Además, Pizarraya ha demostrado que puede ser alineado incluso en el centro del campo.

La opción que ha surgido con más fuerza es la de Antonio Sánchez, Toni , el defensa que ya militase en el Cacereño la pasada campaña y que cumplió con creces. No renovó --con cierta sorpresa-- y se ha quedado sin equipo, por lo que se ha ofrecido en reiteradas ocasiones al CPC, con el que mantiene una buena relación. El club está considerando repescarlo a un precio asequible.

Otra zona del ataque algo corta de efectivos es la delantera. Martins tiene para un mes por su rotura fibrilar y Toni Moreno ha quedado como único punta puro. Se quiere fichar otro nueve que tenga la misma capacidad polivalente que la mayor parte de los jugadores de la plantilla. Para ello se está peinando cuidadosamente el mercado, aunque ya se sabe que lo que más se cotiza es el gol.

Una posibilidad es también recuperar a un centrocampista ofensivo como Rubén Rivera, que la pasada campaña se lesionó de gravedad y está en pleno proceso de rehabilitación. Responsables del Cacereño le prometieron que se le haría ficha si volvía a estar en condiciones óptimas y sigue de cerca su trabajo para conseguirlo.

Una cuestión por resolver es si el puesto de Raúl Medina se cubrirá. El mediocentro será sometido a una artroscopia el próximo lunes para solucionar sus problemas físicos y su periodo de baja está todavía por definir. No le sobran a Marcos los especialistas en esa posición (en teoría, solo están además Checa y Dani Pérez, ahora central), aunque está adaptando bien a Aarón.

DOS BAJAS PREVISIBLES La llegada de nuevas caras supondrá la salida de otras. Las dos más fáciles de prever --y probablemente las únicas, salvo sorpresa u oferta irrechazable-- son las de los dos guineanos incorporados poco antes de cerrarse el plazo de inscripciones, Fodé Mansaré e Ibrahima Bangoura. El primero está lesionado con una rotura fibrilar y solamente ha disputado un puñado de minutos en liga, mientras que el segundo no ha resuelto sus problemas burocráticos y no está disponible. Se les valora su predisposición para el trabajo y la actitud que han mostrado, pero Marcos no opina que sean jugadores fáciles para adaptar al estilo de juego de la Segunda B, más de intensidad durante los 90 minutos que de calidad técnica.