Hay baloncesto. Hay futuro. Hay cantera. Quizás no se pueda decir que el Cáceres se dio ayer un baño de multitudes en su fan day , pero quienes no faltaron fueron ese puñado de incondicionales y la chiquillería, que dio caña a unos jugadores siempre sonrientes que durante algo más de una hora dejaron atrás el estrés y la exigencia de los entrenamientos.

Aún no ha empezado la temporada, falta apenas una semana, la afición solo ha podido ver un partido en el Multiusos, pero la hinchada, al menos la más jovencita, ya tiene a su jugador preferido: Masour Kasse. Quizás sea porque es el más alto del equipo, 2.08, pero cuando Ñete Bohigas --speaker del evento-- pidió a los niños que se fueran con su jugador favorito, el senegalés se vio rodeado. Garfield Blair, del que muchos de los presentes decían que es el mejor jugador del equipo, también congregó a un buen número de seguidores.

El fan day ha sido la alternativa puesta en marcha por el club para sustituir el partido programado para ayer. No habrá servido al técnico para sacar conclusiones, pero sí para acercar el equipo a la afición, deseosa de volver a ver baloncesto, feliz porque su equipo siga compitiendo. "Tenemos baloncesto y eso ya es un éxito", decía Mario Segalás, ayudante de Bohigas, que no se lamentó por no haber podido jugar el partido programado para ayer --"son tiempos de apreturas económicas"--, pues no cree que trastoque demasiado los planes de preparación de la plantilla. "Hemos jugado seis partidos, creo que suficientes. ¿Nos ha faltado jugar con algún equipo más de Plata o alguno de Oro? Pues quizás sí".

La fiesta con los niños fue sencilla. Es un público fácil, deseoso de pasar un rato con esos jugadores que habitualmente ven desde la grada. Micrófono en solapa, hasta que aguantó, Bohigas tiró de galones para ir ordenando las actividades y al nervioso auditorio. Primero mates. Que no llegas a la canasta, pues con una silla. Después triples, donde el más acertado fue José Antonio Marco (4 de 5), aunque Luis Parejo fue el más valiente "tirando de 4", como dijo el técnico, pues se alejó hasta los nueve metros. Un ko interminable a dos canastas, un partidillo y, para terminar, una canasta desde el centro del campo. Solo hubo un acierto, el de Mario Díaz Hellín, el preparador físico.