Porfirio Fisac y Juan Pablo Márquez tienen desde la semana pasada un aspecto más en común. Ambos son entrenadores apasionados de baloncesto que, pese a no haber nacido en Extremadura, sí suelen alardear de que su formación en los banquillos tuvo la comunidad autónoma como decisiva base de operaciones . Quizás como consecuencia de esa sinergia, ambos trabajarán juntos la próxima temporada en un equipo de la Liga Endesa (hasta ahora ACB): el Fuenlabrada. Puede que tampoco sea casualidad que la localidad madrileña vivan miles de emigrantes extremeños y sus descendientes.

El fichaje de Márquez (Alcalá de Guadaira, 1972) fue confirmado oficialmente hace un par de días, acabando así con un año en paro tras no renovar en el Tarragona (LEB Oro), donde era técnico jefe. Será un importante apoyo en el trabajo diario --sobre todo en la edición de vídeo-- para Fisac, el entrenador de moda de la pasada campaña tras el buen papel desarrollado en el Blancos de Rueda Valladolid, al que llevó a jugar la Copa del Rey, quedándose muy cerca de los playoffs . El Fuenla también estará en la EuroChallenge, tercera competición continental.

Confianza

Pocos pueden discutir la condición de extremeño --aunque sea parcialmente-- de Márquez, que formó su familia en Cáceres y que ha entrenado al equipo femenino local (LF-2), al Habitacle Badajoz (EBA) y al Plasencia (LEB Oro). El papel como segundo no será en absoluto nuevo para él, ya que lo ejerció con Ñete Bohigas en la última temporada del Cáceres CB en el baloncesto profesional, la 2004-05 (LEB Oro). También ha dirigido a selecciones inferiores regionales en distintos campeonatos de España por encargo federativo. En Fuenlabrada debutará en la máxima categoría.

"Tengo muchas ganas de corresponder con un buen trabajo a la confianza que han depositado en mí Porfirio y el Fuenlabrada", comentó ayer a este diario, ansioso por empezar a disfrutar de nuevo con el olor a parquet y a competición.