La hipotética unión del fútbol placentino está cada vez más lejana y a día de hoy se da prácticamente por hecho que cada uno de los dos clubs, Ciudad y UPP, seguirán una temporada más su periplo en Tercera División en solitario.

Ambos clubs esperaban a la constitución de la nueva corporación municipal para conocer cuál será la partida presupuestaria que el consistorio les adjudicará para la temporada que viene. La única respuesta obtenida ha sido la garantía de que recibirán en breves fechas la subvención correspondiente a la campaña pasada, lo que va a permitir que los jugadores de la UPP puedan cobrar los dos meses atrasados. Los del Ciudad están al día.

Con respecto a la temporada que viene, el nuevo concejal de Deportes, David Dóniga, les ha emplazado, en principio, a que el propio ayuntamiento conozca las cuentas para poder asignar posibles subvenciones, aunque reconoce que serán mínimas.

CASI SIN CONTACTOS A pesar de este inconveniente, las dos directivas ni siquiera se han sentado de manera concienzuda a discutir sobre una fusión que aminore esta penuria económica y tan solo ha habido una reunión informal en el propio ayuntamiento para demostrar, una vez más, que no existe voluntad ninguna para sentarse a negociar.

Uno de los primeros motivos de separación son las correspondientes escuelas, ya que ambos clubs pretenden seguir con ellas por separado. Tampoco llegaron a ponerse de acuerdo sobre el lugar donde construir un futuro y nuevo campo de césped artificial por parte de la federación, ni mucho menos el estadio donde disputar los partidos la próxima temporada. Para algunos directivos, siempre en conversaciones de calle, es incluso más importante el nombre del futuro club que todo lo demás.

Demasiados flecos como para negociar lo realmente importante: el futuro del fútbol en Plasencia. Por parte del presidente del Ciudad de Plasencia, Francisco Paramio, tan solo existe un impedimento oficial: "A mí me han transmitido por parte de la UPP que fueron los propios socios en una asamblea quienes decidieron no fusionarse; a mí me da igual el nombre del equipo o donde jugar y sigo dispuesto a reunirme con quién sea, pero de manera seria y tan solo para discutir lo verdaderamente importante".

Ayer mismo el presidente de la UP Plasencia, Ceferino Cuarto, reconoció que en esa reunión con el ayuntamiento "ninguno de los dos presidentes fuimos capaces de dar el paso hacia una posible reunión. En la junta directiva también pensamos que habría que sentarse, ya que el futuro económico es oscuro, pero no sé lo que nos pasa que luego no damos el paso definitivo y lo cierto es que el tiempo apremia".

Este compás de espera tiene paralizados los movimientos deportivos de ambos equipos, que todavía no han realizado ningún fichaje y ni siquiera cuentan todavía con un entrenador, aunque el contrato de Aitor Bidaurrázaga termina el 30 de junio y David Salvo ha rechazado el ofrecimiento de ser primer técnico.

La afición se mantiene en vilo, ya que todavía ni siquiera se ha comenzado la campaña de abonos en ninguno de los dos clubs.