Parece que va a ser verdad lo de que la edad de las personas no es la que aparece en el DNI, sino la que el individuo quiere tener. El mejor ejemplo que confirma esta teoría está en Olivenza, con las mellizas González. Lali y Conchi nacieron un 12 de febrero de hace 45 años. En la actualidad, y acercándose al medio siglo, siguen dando guerra en los terrenos de juego. Y es que las oliventinas militan en el Llanos de Olivenza que este año competirá en Superliga femenina. Hoy mismo (12.45) será el debut con ellas de protagonistas.

"Vamos a seguir en activo hasta que nuestros cuerpos aguanten", dicen ambas. Parece que el entrenador, Félix Pedro Rivera, puede estar tranquilo, va a tener mellizas para rato. "En estos momentos yo me encuentro muy bien", afirma Lali. A lo que añade que está mejor que cuando tenía 18 años, "además ahora tengo más experiencia que cuando empecé". A su vez Conchi comenta que también se siente con fuerzas de seguir jugando.

Desde que empezaron en el mundo del fútbol, hace ya 30 años, Lali se ha visto obligada a dejarlo durante un año debido a que sufrió dos roturas de fibra, la primera cuando militaba en el San Roque y la segunda estando en La Puebla. "Cada vez que corría me dolía mucho por lo que decidí dejar de jugar y recuperarme bien", comenta.

Por el contrario, su hermana Conchi ha tenido mejor suerte, "yo nunca he tenido una lesión grave", manifiesta. Pero si que tuvo un accidente de coche, por el cual también colgó las botas durante una temporada.

Pero ahora es el momento de plantearse nuevos retos y mirar al futuro con energía. La que tienen estas dos mellizas. Su objetivo para esta nueva campaña es el de mantener al Llanos de Olivenza en la categoría. Cosa que "será difícil", dicen. "Yo he competido en Superliga hace 9 años con La Puebla y es una liga dura y en la que hay que estar fuerte", comenta Conchi. Aunque Lali es exigente y quiere más y su objetivo apunta más alto. "Espero que el equipo quede entre los primeros puestos", añade Lali.

Los inicios fueron difíciles, en esos años el fútbol era un deporte exclusivo de chicos. Pero rompieron todos los tópicos. Comenzaron a jugar a fútbol sala. Después se formó un equipo de fútbol once en el pueblo y entraron. "Tengo el salón lleno de trofeos", afirma Conchi. Y las copas que aún les quedan, porque las mellizas González tienen fútbol para rato.