Parecen una pareja extraña. Muchos se lo dicen, reconocen los protagonistas, Miguel López y Carmen Cambero. El, portero de fútbol, del Cacereño, ella, pívot de baloncesto, del Al-Qazeres. Los dos, jóvenes con muchas ganas de trabajar y de seguir creciendo en sus deportes.

Ella, de 19 años, de Malpartida de Cáceres y estudiante de Magisterio de Educación Primaria, ha disfrutado de un agridulce año con el Al-Qazeres en la Liga Femenina 2. Dulce por la excepcional temporada y la "oportunidad de aprender con grandes jugadoras", dulce por la emotiva fase de ascenso que vivieron en Cáceres. Amargo por el final de esa fase de ascenso, en la que el Al-Qazeres se quedó con la miel en los labios; amargo porque no oculta que le hubiese gustado disfrutar de más minutos. "Pero ya llegará mi oportunidad".

"La he visto mejor que el año pasado, aunque lo cierto es que a nivel personal lo ha pasado mal, porque como es lógico ella quiere jugar más, y estar en un segundo plano siempre es duro; aunque ha disfrutado mucho". Así define Miguel la temporada de Carmen.

El, de 21 años, de Calamonte y estudiante de Ciencias del Deporte, vivió hace unos días uno de los mejores momentos de su carrera futbolística ("hasta ahora, porque debería haber más") al disfrutar de su primera titularidad en Segunda B, en el partido entre el Cacereño y la Balompédica Linense (1-1).

Llegó al Cacereño hace tres temporadas para jugar en División de Honor de juveniles y desde ese momento la mayoría de sus entrenamientos fueron con el primer equipo, primero con Montes, después con Braojos y ahora con Cobos. "Aunque siempre como tercer portero", advierte. Esta temporada ha defendido en más de 20 ocasiones la portería del filial, en Tercera División, pero también ha viajado algunas veces con el primer equipo como suplente de José Fuentes.

Uno de esos días fue para el partido de Copa del Rey ante el Málaga en La Rosaleda. "Inolvidable", dice Miguel mientras se le iluminan los ojos. "No se me va a olvidar nunca ese día: el viaje del hotel al estadio escoltados por la policía, la entrada al estadio-".

Cuando debutó ante la Balona, confiesa que no se enteró hasta una hora antes del partido. "Me puse yo más nerviosa que él", cuenta Carmen. "Llevaba detrás del debut mucho tiempo", añade él, que cree que ahora volverá a su lugar ("tercer portero"). Y así fue. El sábado ante el San Roque se impuso la lógica y José Fuentes recuperó la titularidad, aunque Miguel fue su suplente. No jugó el sábado, pero sí el domingo, cuando volvió a defender la portería del filial.

"Me felicitaron todos los compañeros, pero especialmente José Fuentes, que estuvo todo el tiempo encima de mí", rememora.

Jóvenes y deportistas, Miguel y Carmen son una pareja del siglo XXI. Se conocieron a través de las nuevas tecnologías. "Durante un mes estuvimos hablando a través del Tuenti antes de quedar en el Rodeo", recuerda él, aparentemente menos tímido.

"Aunque no es así --aclara--, el tímido soy yo, ella no lo es. Me gustaría hablar en público como lo hace ella", dice Miguel pensando en las tareas académicas, aunque quizás también en otras actividades que han compartido juntos, como una vez que ejercieron de modelos en una actividad de la Asociación de Padres y Madres del colegio Castra Caecilia. "Ni me lo recuerdes; ya se rieron bastante los compañeros de mí".

Ahora los dos se preparan para seguir creciendo deportivamente, pero muy centrados en sus estudios. Ella quiere volver a disfrutar con el Al-Qazeres en la categoría en la que esté la próxima temporada, bien la Liga Femenina 2 o la 1, seguir aprendiendo y, si puede ser, disfrutar de más minutos. El quiere seguir en Cáceres, "aunque como mínimo siendo segundo portero". La entrevista acaba y ellos seguirán compartiendo muchas cosas, aunque a la hora de hacer deporte, "gana el baloncesto", confiesa Miguel con resignación mientras Carmen ríe.