El futuro de Neymar estaba anoche en manos de Ousmane Dembelé y del emir de Catar, Tamim ben Hamad Al Thani, los dos hombres que pueden desbloquear su traspaso al Barcelona o condenarle a vivir una temporada más en el París Saint-Germain. Según publicaba ayer miércoles en su edición digital el diario L’Équipe, las conversaciones entre ambos clubes prosiguen ahora en la distancia, un día después de la reunión en París en la que cada uno fijó sus posiciones y se llegó a un terreno de entendimiento.

El jugador ha sido valorado en unos 170 millones de euros, una cifra aceptada por ambos, pero ahora tienen que ponerse de acuerdo en la forma en la que se efectúa el pago.

Por eso, cuando las dos delegaciones se separaron tras el encuentro, cada uno mantuvo conversaciones: el director deportivo del PSG, Leonardo, directamente con Doha, donde la última palabra la tiene el emir Al Thani.

La delegación catalana, encabezada por el director general del club, Oscar Grau, regresó a al Ciudad Condal con el objetivo de convencer a Dembelé de abandonar el club con dirección a la capital francesa. L’Équipe asegura que en las últimas horas el Barcelona ha propuesto 130 millones, al croata Ivan Rakitic y la cesión por una temporada de Dembelé. El agente del jugador negó la salida de éste.