La cara de Pepu Hernández era diferente a la de un año antes, en Saitama, el día del gran éxito del baloncesto español. Pero no mucho. Cierto es que aquel día acababa de fallecer su padre, algo que mantuvo en secreto antes del partido, pero ayer no se rasgaba las vestiduras. Es amigo el seleccionador españoles de reflexiones meditadas, y de no dejarse llevar por la pasión. "No podemos flagelarnos en público. Hay que analizar, reconocer los errores y olvidarnos cuanto antes de este partido", sentenció el preparador español.

Así se despidió de su conferencia de prensa y esas palabras merecieron el aplauso de los informadores, lógicamente de los españoles. "Les he dicho a mis jugadores que no olviden que han conseguido cosas muy importantes, y no solo por cuestión de resultados. Este es un equipo ejemplar. Es el mejor equipo de la historia del baloncesto español. No hay que dar ni un paso atrás y seguir en la línea que nos ha llevado al éxito". Ese análisis no ocultaba la enorme decepción que sacudió al equipo, al que solo el tiempo conseguirá restañar la herida abierta ayer. "Todos hemos ido al límite, los jugadores y los integrantes del cuerpo técnico. Ahora nada nos consuela y repito todo es cuestión de olvidar con el tiempo".Entre los internacionales, Pau Gasol era el primero en entonar el mea culpa por sus decisivos errores en los tiros libres de los últimos minutos. "No he podido estar como debía y he cometido fallos absurdos en los tiros libres". La estrella de los Grizzlies, incluso, se mostró disgustado con su acción final en la que casi no tuvo tiempo ni de lanzar.

"No he podido estar como debía y he cometido fallos absurdos en los tiros libres". "Quizá con esos dos segundos y pico podía haberme acercado un poco más a canasta".El capitán, Carlos Jiménez, lamentaba la derrota por la decepción que suponía para todos los aficionados que les habían apoyado en las últimas semanas. "Nos ha separado un punto. Esto entra dentro del deporte y me sabe muy mal por la ilusión de la gente. Pero ya dijimos que queríamos ser valorados por la actitud y no solo por los objetivos inmediatos". Jiménez también era de los que pensaba que el tiempo era la mejor receta para olvidar la durísima derrota. Felipe Reyes, por su parte, recordaba la dureza que significa haber dejado escapar el éxito en casa. "Es una pena. Es un palo muy duro perder una final en tu país, ante toda tu gente", dijo el pívot.Entre los dirigentes, José Luis Sáez, el presidente de la federación española, se mostró satisfecho con la entrega del equipo. "Lo han dado todo y no se les puede pedir más. Es un grupo impresionante, una selección estupenda, pero no ha podido ser", lamentó. En la misma línea se pronunció Jaime Lissavetzky, el secretario de Estado para el Deporte.

"Nos ha separado un punto. Esto entra dentro del deporte y me sabe muy mal por la ilusión de la gente. Pero ya dijimos que queríamos ser valorados por la actitud y no solo por los objetivos inmediatos". "Es una pena. Es un palo muy duro perder una final en tu país, ante toda tu gente",

"Lo han dado todo y no se les puede pedir más. Es un grupo impresionante, una selección estupenda, pero no ha podido ser", "Ha sido un Europeo perfecto y, pese a la derrota, España ha hecho un gran trabajo".Nadie como Jordi Trias, el descartado para que entrara Jorge Garbajosa, explicó lo que ha despertado esta selección.

"Nos han acostumbrado tanto a ganar que hasta una medalla de plata sabe a poco".