Se merecía el título. Ya es el español número 14 que logra un título. El suyo es el 36º de España. Pero Nico Terol (Alcoy, 1988) reconoció, tras proclamarse campeón del mundo de 125cc que jamás lo había pasado tan mal. "Ha sido el peor año de mi vida. O, mejor dicho, ha sido el año en que menos he dormido de mi vida. Llevo un mes sin dormir". Es más, el discípulo de Jorge Martínez Aspar dijo que lleva un mes echando mano de la dormidina para intentar conciliar el sueño.

El sábado, la noche antes de la carrera definitiva, del gran premio en el que tenía suficiente con acabar entre los 11 primeros importándole poco si el francés Johann Zarco ganaba, Terol tiró la cajita de pastillas para dormir a la basura. Y, pese a que buscó en su bolsa de viaje el CD de Gladiador , que se olvidó en casa, encontró el de la película Braveheart , caliente, motivadora.

De campeón a campeón

Si el alemán Stefan Bradl se coronó el sábado nuevo campeón de Moto2 sin correr, nada más saber que Marc Márquez seguía viendo doble con el ojo izquierdo y, por tanto, renunciaba a seguir metiéndole miedo, Terol supo, a las 11.06 horas de la mañana, es decir, tres vueltas después de iniciarse la carrera de Cheste, que ya era campeón. Johann Zarco había renunciado a la persecución. "Lo vi caerse, lo vi en tierra, pensé que ya había ganado, pero esperé dos vueltas a que me lo confirmasen desde el box, pues igual se levantaba y seguía en carrera". Y no, Zarco abandonó y la pizarra de Aspar le repitió, dos veces, que sí, que sí, que "el 5 KO".

Esa fue la manera escogida por Terol, que le dio las gracias a su padre. "Ha mantenido mi sueño, incluso cuando no tenía dinero para financiármelo", para convertirse en el cuarto campeón del mundo valenciano. Hacía 22 años que Valencia no tenía un campeón. Y va Terol y lo consigue. ¿Cómo? Fíjense: Terol, del equipo de Aspar, ganó su título en el circuito Ricardo Tormo porque Zarco se estrelló en la curva Champi Herreros. El chaval de la dormidina fue capaz de unir a los cuatro campeones valencianos en un GP, en una misma gesta.

Puede que Aspar lo haya pasado aún peor que Terol en este último mes. "Pues sí, lo he pasado fatal, más por el tiempo que por Nico, al que veía sereno y capaz de lograrlo, pero temía la lluvia y lo peor o lo más imprevisto", declaraba.

Lo impensable ya había ocurrido en las carreras de Japón, Australia y Malasia, donde Terol había sido incapaz de ganar, perdiendo terreno con respecto a Zarco. Y Terol empezó a tener dudas. "Sí, dudé, algún pensamiento malo, feo, tuve, sí. Pero enseguida se me fueron de la cabeza porque he trabajado tanto y lo hemos hecho tan bien, mi equipo y yo, que esto solo podía acabar bien, muy bien".

Y así fue. Con ocho victorias (Qatar, Jerez, Portugal, Montmeló, Italia, Indianápolis, Misano y Aragón), 11 podios en 17 carreras, no podía haber otro campeón del Mundial que Terol. Y así lo entendió hasta Zarco, que, con su caída, le ofreció el mejor colchón del mundo para lograrlo. Para dormir feliz como nuevo campeón. Un título demasiado merecido.