CACERES 2016 - 85: Alex González (14), Francis Sánchez (22), Lucio Angulo (7), Diego Guaita (4), Randy Holcomb (12) --cinco inicial-- Pedro Sala (10), Xavi Forcada (5), Gio Dedas (0), Roger Fornas (8), Drew Naymick (3).

CIUDAD DE LA LAGUNA - 81: Iker Urreizti (3), Nacho Yáñez (10), Jaime Heras (5), Jakim Donaldson (17), Ricardo Guillén (13) --cinco inicial-- Enric Garrido (15), Dan Cage (3), Levi Rost (2), Jesús Chagoyen (13), Airam Marrero (0).

ARBITROS: Pagán y Jerez. Eliminado: Dan Cage (min. 36) y Donaldson (min. 40).

MARCADOR POR CUARTOS: 22-22, 42-36, 63-55 y 85-81.

Gustavo Aranzana se estrenó con victoria en el Cáceres 2016, que venció a uno de los equipos más potentes de la competición, el Ciudad de La Laguna. Aún queda mucho camino hasta llegar adonde se le puede exigir a este equipo, pero es un buen síntoma empezar así. Los extremeños estuvieron más atentos a corregir sus errores durante los 40 minutos y mostraron una cara más enchufada que hasta ahora, aunque el nuevo entrenador tardará en imponer todas sus ideas.

El partido careció del dramatismo que parecía marcar las anteriores citas en el Multiusos y en cierto modo fue porque casi siempre estuvo bajo control del Cáceres 2016, cuyos jugadores mostraron unas enormes de agradar, seguramente con la intención de no ser señalados como culpables de la salida del anterior técnico, Manuel Hurtado, que como había anunciado previamente no acudió al pabellón. Seguro que desde su casa se alegró mucho del resultado: él fue parte decisiva del nacimiento del proyecto y la amargura de su adiós no debe emborronar un balance que pocos pueden negar que es globalmente positivo.

El inicio de la nueva etapa resultó embriagador. Con Alex González y Diego Guaita como titulares, el Cáceres 2016 desplegó en los primeros minutos un baloncesto a la par vistoso y efectivo. Que se diga que un entrenador nuevo suele ejercer de revulsivo no es casualidad. La receta estaba clara: asegurar el rebote frente a una de las bestias de la LEB Oro en este apartado, Jakim Donaldson, y correr a la búsqueda de canastas fáciles. Ya habrá más tiempo de preparar nuevos mecanismos en estático.

El público, más escaso que en los anteriores partidos de la temporada --el partido internacional de fútbol hizo daño-- también intentó poner de su parte y jaleó un esperanzador 19-7 (min. 6). Jugadores en otros momentos erráticos como Randy Holcomb y Francis Sánchez parecían más metidos que nunca.

DEBILIDADES Sin embargo, las cosas nunca cambian de un día para otro completamente. Por momentos volvió el viejo Cáceres, el de los duros parciales en contra, y el primer cuarto terminó igualado (22-22), concediendo las mismas canastas fáciles de siempre y perdiendo la puntería. Como problema adicional, las faltas de los interiores que llevaron sucesivamente al banquillo a Guaita, Holcomb y Roger Fornas.

Después, los locales volvieron a estirarse un poco, primero con un 31-24 (min. 15) y, tras equlibrarse de nuevo la situación (33-33), con un 41-33. Como se ve, un partido sumamente irregular, de vaivenes y dudas, aunque siempre liderado por el equipo que se buscaba a sí mismo. 42-36 y a tomarse un respiro al vestuario. Aranzana había encontrado dos aliados inesperados, Xavi Forcada y Juan Sanguino, que aportaron su dosis de intensidad e implicación y confirmaron que hay plantilla larga y con opciones. Pavel Ermolinski fue el único que no jugó.

Las sensaciones eran encontradas a esas alturas. ¿Cómo un equipo puede jugar tan bien y tan mal en tan breve lapso de tiempo? Sin embargo, algo había cambiado en la grada respeto a la recta final de la estancia de Manuel Hurtado en el banco: ni un reproche por los errores propios, siempre apoyo.

EN LA LUCHA El temido tercer cuarto iba a marcar la frontera entre el éxito y otro fracaso. Y no hubo hundimiento. Más bien al contrario. Sin hacer nada del otro jueves, a base de intensidad y de dar un pase más en ataque buscando la mejor posición --que no es poco--, la iniciativa siguió siendo cacereña, obteniéndose una razonable renta de 11 puntos (56-45, min. 27) que se estropeó algo en una desafortunada jugada final de este periodo: pérdida de Alex González --notable con Sala en la dirección-- y triple de Jaime Heras (63-55).

Parecía que iba a ser un final de partido plácido, con ventajas de hasta 14 puntos a falta de poco menos de cuatro minutos (79-65), pero aún quedaba una cucharada de sufrimiento con el 82-78 con 40 segundos por jugarse. Holcomb, con dos tiros libres y un tapón, facilitó los olés finales y hasta El Redoble . El sol vuelve a salir en el Multiusos.