“Estaba para jugar un poquito”. Leonel Messi entró al campo en el minuto 60 de un partido soporífero e hizo tres goles. Argentina derrotó 5-0 a Panamá y se clasificó a los cuartos de final de la Copa América Centenario Estados Unidos 2016. “Vamos creciendo, con tranquilidad”, dijo el hombre que ha quedado a apenas una diana de Gabriel Batistuta, el histórico artillero del seleccionado. Ahora todo un país espera el gol 54 de La Pulga y su nuevo record. Tata Martino no quiso arriesgar a Messi de entrada, creyendo se trataba de un partido fácil. La lesión de finales de mayo ante Honduras había dejado sus marcas y no tenía sentido arriesgarlo. “Estaba con dolor, pero por suerte se me fue pasando. Me sentía mejor para arrancar despacito”. Y por eso Martino le dio luz verde para que jugara media hora. Hasta que el mejor jugador del mundo piso el césped del estadio de Chicago, el conjunto albiceleste se había mostrado irreconocible. Los centroamericanos tenían 10 hombres en el campo pero jugaban con una intensidad que sorprendió a sus rivales. Ni siquiera el gol madrugador de Otamendi los intimidaba.

Todo se terminó cuando el astro del Barcelona empezó a tomar contacto con el balón. Ocho minutos después de reemplazar a Augusto Fernández encontró un rebote en el área (el balón le había pegado en el rostro a Higuain) y no perdonó. A los 78 minutos, con un tiro libre inalcanzable, de esos que solo él puede disparar, puso el 3-0. A los 84 minutos volvió a perforar la red panameña. Fue su hat-trick. Y, al final, su asistencia permitió queKun Agüero anote el quinto gol. El partido terminó con un resultado inapelable. Messi hacía los saludos de rigor a los jueces y los panameños. De pronto irrumpió en el campo un joven con la casaca culé. Iba directo hacia Leo. La policía se interpuso. Messi les pidió que no lo lincharan y lo abrazó como si lo fuera a proteger. Camino a los camarines recibió la ovación de todo el estadio. “Fue un partido duro, muy intenso, frente a un equipo que no te dejaba jugar. Teníamos que ganar para asegurar el primer puesto y lo hicimos”. Messi vino a Estados Unidos con una obsesión: ser campeón. “Ojalá que sea nuestra Copa. Es lo que deseamos todos”.

CHILE RESPIRA GRACIAS A UN DUDOSO PENAL

Chile empataba en un gol con Bolivia pero el partido no se terminaba nunca. Los ocho minutos de más otorgados por juez estadounidense Jair Marrufo no alcanzaron para doblegar a los modestos bolivianos. Faltaban segundos para el final en el Gillette Stadium de Massachusetts , y el árbitro vio un penal más que dudoso después de que Alexis Sánchez lanzara un centro y el balón pegara en el brazo del defensor Walter Veizaga. Lo anotóArturo Vidal, pero fue una victoria tan amarga que, en Santiago, el diario La Tercera dijo, de manera implacable: “Un penal inexistente en el último suspiro propicia la salvación de Chile en Boston”. Chile, el último ganador de la Copa América, había sido superior a Bolivia, pero no puedo establecer esa diferencia en la red. Cuando terminó el encuentro, el entrenador boliviano Julio César Baldivieso no pudo contener su ira: “lo que pasó fue una vergüenza. Le costó mucho al campeón ganarnos. Van a tener que regalarle las camisetas al juez de línea”, dijo. Los ocho minutos de alargue otorgados por el árbitro le despertaron algo más que sospechas. “Cuando hay intereses oscuros de por medio cobran penales así. Por momentos puede que Chile haya sido superior en tenencia de pelota, pero los 'huevos' que puso Bolivia hacen que me ponga orgulloso”.