"Extremeño de pura cepa. Calabazón". Por muchas felicitaciones que esté recibiendo estos días, en su perfil de Twitter lo deja bien claro: Alberto Martín-Romo García-Adámez no olvida sus orígenes. Nació, creció y empezó a jugar al fútbol en Don Benito. Ahora, es fácil imaginarle como una de las personas más felices del mundo después de conseguir el ascenso con el Leganés a Primera División.

Alberto, nacido el 31 de marzo de 1989, continúa así con una carrera que se ha desarrollado en silencio, por las carreteras secundarias del balón y que al final está teniendo un premio suculento. Hay muchas posibilidades de que la próxima campaña juegue en la máxima categoría, ya que en esta ha sido fundamental para lograr el éxito.

Con la polivalencia como virtud (puede actuar igualmente como defensa central y mediocentro), ha disputado 28 de los 42 partidos ligueros, 21 de ellos como titular. Un total de 1.892 minutos en los que ha formado parte de una de las mejores coberturas de Segunda.

Se trata de un chico que en la temporada 2008-09 todavía jugaba en Tercera con el Don Benito de su localidad natal. Fue entonces cuando llamó la atención del Almería, que le incorporó a las categorías inferiores. Parecía haberse quedado atrapado en su filial --su aportación al primer equipo fue mínima-- cuando en el 2013 fichó por el Leganés. Al año de llegar vivió su primer ascenso y en este ha completado la gesta.

En los próximos días regresará a Don Benito, donde recibirá distintos homenajes. Se le suele calificar como un tipo cercano y familiar. Llega el momento de disfrutar.