Son la historia viva del Cacereño. Llevan varios años desvinculados del club, pero hablando con ellos se palpa que aún lo sienten muy dentro. "Ha sido nuestra vida", dice Vicente González Chuzo . "El Cacereño fue como un hijo para mí", afirma Agustín Ramos Guija. El domingo recibirán, por fin, su homenaje en el descanso del encuentro ante el Ecija.
Chuzo ha sido oficialmente el utillero, aunque, como dice Ramos Gija, "ha hecho de todo", incluso casi de médico, ya que ambos se han complementado. Uno ha estado 58 años y el otro 33.
Las anécdotas se agolpan de vivencias, con penurias y de alegrías, recuerdos imborrables. "Nadie sabe que los colores del club no son el verde y el blanco, sino el morado y el blanco, que era como vestía el equipo antes", dice Chuzo . Las lavadoras con las que se hacía el lavado de la indumentaria eran suyas y su primer sueldo, recuerda, eran 300 pesetas.
El médico Ramos Guija jamás ha cobrado un solo duro del club. "Muchas veces llegaba de un viaje con el equipo y, a las cinco de la mañana, me tenía que ir a cosas del trabajo del que vivía". Su vida en el Cacereño la titula: "Por tierra, mar y aire", resalta este hombre para dibujar gráficamente sus años como responsable médico del club, y rememora que él fue, hace 20 años, el primero que habló de doping en España.
MANOLO Y LA COCA-COLA
"Hubo un jugador que se hacía cubalibres con un medicamento", relata. Manolo, el internacional, tuvo un episodio en Pozoblanco, cuando escupió un algodón de su Coca-Cola reponedora del final, tras una afonía producida por un pisotón en la garganta. Y tantas y tantas...
"Agradecemos al presidente y la junta directiva que se hayan acordado de nosotros cuando los presidentes anteriores no lo hicieron". Se refieren al homenaje que se les tributará, algo que han recibido con reconocimiento, ya desde que Juan Ojalvo les llamara.
Uno de los dos, da igual quién, ya que ambos piensan en idénticas claves --las del Cacereño-- asegura tajante: "Pese a todo, lo volvería a hacer". ¿Qué han hecho? Darlo todo por el club.
