Otros clubs de la ciudad no están mejor. Más bien todo lo contrario. Destaca el caso del Iber Extremadura Cáceres 2016 de baloncesto femenino y que tampoco ha recibido nada de la subvención municipal de la pasada temporada. Su gerente, Quini Carrasco, reconoce abiertamente que la situación es "muy complicada" porque las jugadoras, en su gran mayoría profesionales y de fuera, llevan dos meses sin cobrar. "Nos tenemos que un día de estos se nieguen a entrenar y a jugar como ha sucedido en Badajoz", lamenta. "Se ha abierto la veda y es lógico que haya preocupación porque no es fácil vivir así", añade. En el caso de su club, la clave estaría en poder renovar una póliza de crédito que caducó el pasado mes de octubre, cuando se esperaba recibir el dinero municipal. Los gastos indispensables los está adelantando la presidenta, Vicenta Naranjo.

Mientras, la Asociación Deportiva Extremadura de fútbol sala sí ha recibido una tercera parte de la subvención de 150.000 euros, pero tampoco vive un momento sencillo: sus deportistas cumplen también dos mensualidades sin cobrar. Tiene además pagos aplazados con la organización de la Liga Nacional que podrían suponerle la expulsión de la División de Plata. Sus directivos también han tenido que pagar de su bolsillo los dos últimos desplazamientos largos, uno de ellos a Canarias.