La ilusión del principiante y la solidaridad fueron de la mano en el colofón efectivo a la temporada del Cáceres 2016. El final de la campaña de la iniciativa Babybasket y la gala solidaria que programa con la oenegé Soguiba, una de las más activas del panorama extremeño, se fundieron en un abrazo emotivo en doble acto.

Primero fue en el colegio San Antonio, por tradición y raigambre el que más relación tiene con el deporte de la canasta. La última sesión de entrenamiento de los más pequeños canteranos del club dijo adiós a la actividad física.

Después llegaría la gala solidaria en las instalaciones del camping cacereño, 200 metros más adelante del centro educativo. No faltó la presencia del Cacereño, cuyo estadio, el Príncipe Felipe, vive días extraños con las dudas de futuro. Pero allí estuvo un histórico de la entidad verde, José María Asenjo, para contribuir aportando un chándal a la subasta, auténtico culmen de la fiesta solidaria.

En un acto presentado por el responsable de prensa del club, Jorge García, todos aportaron algo desde muy distintas facetas: desde Abelardo Martín, directivo del club de basket y cabeza visible de Soguiba, hasta el subdelegado del Gobierno, Fernando Solís, o el director de Deportes de la Junta, Fabián Quesada.

También acudieron a la cita el entrenador del Cáceres, Gustavo Aranzana, o los jugadores Xavi Forcada y Juan Sanguino, pendientes por cierto estos dos últimos de renovar, o al menos ese parece el deseo de muchos de los que ayer disfrutaron de la cita.

Sudaderas, camisetas, zapatillas, balones... también con la firma de jugadores del pasado (Newble, Simien) sirvieron para destilar ilusión y solidaridad a partes iguales en una gala que cumplía su tercera edición y que, a lo que se ve, promete repetir gestos de este tipo a lo largo de los próximos años para beneficio de niños africanos tan necesitados como los guineanos.