La ciudad entera está consternada. Y no solo porque piensen sus habitantes que el Málaga --un club modesto pese a tener un dueño archimillonario-- merecía estar entre los cuatro mejores de Europa por primera vez, sino porque consideran muy injusta la manera como su equipo cayó en el estadio del Borussia de Dortmund. El Málaga dominaba (1-2) y los alemanes remontaron con dos goles en el tiempo añadido, y el último, del brasileño Santana, en flagrante fuera de juego. Además, en el inicio de la misma jugada hasta cuatro compañeros suyos estaban en posición antirreglamentaria. Nada de eso vio el árbitro escocés Craig Thomson, ni sus cinco ayudantes (dos en las bandas, dos en las porterías y el cuarto árbitro). Tampoco vieron, todo hay que decirlo, que Eliseu estaba en fuera de juego cuando puso en ventaja al Málaga en el minuto 82.

Ante el evidente atropello, hasta el jeque Abdullah ben Nasser Al Thani, dueño del club andaluz, ha puesto el grito en el cielo y exige a la UEFA una investigación. El Málaga está sancionado --por impagos-- por el máximo organismo del fútbol europeo a no disputar sus torneos la próxima temporada, lo cual, a juicio del jeque, convierte al club en una presencia incómoda en la Liga de Campeones. "Somos desde el inicio de la competición --sentenció-- el objetivo de una UEFA corrupta. Esto no es fútbol, es racismo".