El desenlace de la Copa del Rey, que tendrá lugar en el Camp Nou de Barcelona (21.30 horas, TVE-1), será una final inédita entre dos históricos, el Atlético de Madrid, que buscará el doblete en esta campaña tras el éxito de la Liga Europa, y un Sevilla que ansía levantar su sexto título en los últimos cuatro años.

Un ambiente espectacular, con unos 40.000 espectadores por cada equipo, añade más ingredientes a un partido que promete fútbol, intensidad y tensión en un nuevo capítulo de la máxima rivalidad de los últimos años entre ambos conjuntos.

La formación andaluza no ha desplegado un fútbol brillante en esta campaña, hasta el punto de que las dudas en el rendimiento forzaron la destitución de Manolo Jiménez como técnico y la llegada al banquillo de Antonio Alvarez.

Pese a esa irregularidad, la calidad del bloque que se ha asentado en los últimos años ha dado para llegar a los octavos de final en la Champions , ser cuartos en la Liga y a la final de la Copa.

Para este partido, Alvarez acude con una plantilla muy mermada tanto en la defensa como en el ataque, por lo que ha tenido que echar mano de varios jugadores de la cantera.

A las conocidas bajas por lesión en la zaga de Federico Fazio, Ivica Dragutinovic o Fernando Navarro, se unen otras en la delantera como las de Lautaro Acosta y la más llamativa, la del número 9 titular de la selección brasileña, Luis Fabiano, quien no se ha recuperado de un problema muscular.

NEGREDO, ´PERDONADO´ Por el contrario, sí podrá jugar Alvaro Negredo, después de que Competición haya decidido quitarle la tarjeta roja que pesaba sobre él tras verla en el partido ante el Almería ("me cago en tu puta madre", le dijo al árbitro asistente) y dejársela en amarilla.

Enfrente estará el Atlético, que no levanta un título de Copa del Rey desde hace catorce años, demasiado tiempo para el cuarto club más laureado en este torneo y que, apenas una semana después de conquistar la Liga Europa, en una sufrida final contra el Fulham en Hamburgo (2-1), ya tiene la mente en el ´doblete´, un éxito impensable hace unos cuantos meses.

La llegada al banquillo de Quique Sánchez Flores y, sobre todo, la convicción del conjunto rojiblanco en las eliminatorias a doble partido, alejada de su irregularidad en la Liga, han transformado radicalmente las sensaciones de una temporada que, con una victoria hoy, sería casi perfecta para el club madrileño.

Quique Sánchez Flores ha desplazado a todos sus jugadores disponibles, con las únicas bajas de Sergio Asenjo y Borja, con sendas roturas del ligamento cruzado anterior de la rodilla, además de Mariano Pernía por una gastroenteritis.