El Badajoz salvó una nueva final a costa del Eibar y logró una prórroga en su intento por escapar del descenso de la categoría gracias al triunfo alcanzado en Ipurúa, un campo talismán en el que los pacenses han ganado en cuatro de sus cinco últimas visitas.

El entrenador del Badajoz, Paco Miranda, apostó por un planteamiento de marcado cariz ofensivo, con Zé-Tó y Nene en punta y Teixeira a sus espaldas.

Los intentos pacenses, sin embargo, tardaron en hacerse realidad porque el Eibar se posicionó mejor sobre el césped de Ipurúa y, entre la calidad de Lediakhov y la movilidad de Gari Uranga pusieron en algún aprieto a Baines. El meta envió a córner un disparo de Gari Uranga (minuto 20), si bien con anterioridad Lucas Gatti se interpuso providencialmente ante el lanzamiento de Eneko Romo, que buscaba la portería.

El primer acercamiento del Badajoz ante el portal de un inseguro Riesgo tuvo premio, pues Gatti lanzó desde la esquina y César aprovechó el despiste de la zaga eibarresa para irrumpir con potencia y conectar con el pie desde cerca llevando el balón a la red.

El gol daba alas a un conjunto habituado a llevarse los puntos de Ipurú, aunque poco pudo disfrutar de la ventaja adquirida porque seis minutos después, en el 31, el Eibar empató. Fue Lediakhov el que rompió la defensa de los ayer verdirrojos para poner un centro medido, que Eneko Romo empalmó en semifallo y superó por alto a Baines.

El tanto espoleó a los armeros y pareció descomponer al Badajoz, que de inmediato pudo encajar un nuevo gol en otra acción por la izquierda del delantero ruso.

Su centro llegó a los pies de Gari Uranga, pero el atacante vasco no acertó a empujar el balón y su reclamación de penalti, por un presunto empujón, no prosperó.

Los minutos previos al descanso tuvieron color local, con una mayor presencia sobre el campo y rápidos contragolpes a cargo de los dirigidos por Blas Ziarreta.

LA VICTORIA PACENSE

La reanudación no resultó favorable para los extremeños, que en apenas cinco minutos se tuvieron que reponer a los dos sustos que le dio el cuadro eibarrés. Primero Manuel Angel y luego Lediakhov estuvieron cerca del gol.

De forma paulatina se volvió a equilibrar el partido, con un Badajoz pendiente de tocar y hacer circular el esférico para desorganizar la ordenada zaga guipuzcoana.

En uno de esos intentos por la banda izquierda, el central vasco Fagoaga entró a destiempo a Nauzet y el colegiado, que poco antes le había mostrado una cartulina amarilla, le amonestó por segunda vez.

Ello conllevó la expulsión y un estímulo definitivo para los pacenses, que disponían de veinte minutos por delante para retomar la delantera. No hubo de transcurrir mucho tiempo para conseguirlo, porque en el minuto 73 un preciso pase al hueco de Jorge Zafra fue capturado por Zé-Tó, que ganó la espalda a los centrales rivales y remató con eficacia ante la desesperada salida de Riesgo.

Con el 1-2 y ventaja numérica, el largo tramo final del encuentro fue más llevadero para los de Miranda, que se parapetaron perfectamente en su franja de terreno para neutralizar los precipitados ataques directos de un Eibar que acusaba en exceso la adversidad y ya no tenía a Lediakhov con la frescura suficiente como para inquietar con sus genialidades.

De hecho, el Badajoz desaprovechó varias ocasiones claras para haber ampliado su renta, especialmente una doble en el minuto 75 a cargo de Zé-Tó, y luego de Rodri, que recogió el rechace a puerta vacía y vio cómo su disparo era salvado bajo los palos por Jorge Rodríguez.