"Pase lo que pase, mi corazón será del Arroyo para toda la vida". Son palabras de Juan Marrero, el técnico del equipo extremeño, ya pausadas tras conseguir el objetivo de la permanencia en la Segunda División B en el primer año en la categoría de bronce.

Marrero no sabe si va a seguir. Ni siquiera si lo hará el presidente, Juan Bermejo. De hecho, dice que todo dependerá del empresario. "Si él sigue, tengo posibilidades de seguir y me encantaría continuar. También me gustaría que él continuara por su proyecto y por el del fútbol extremeño". Rotundidad en su valoración, convicción en sus palabras.

Pero todo está en el aire. Las decisiones se tomarán pronto, en principio la próxima semana. Mientras tanto, toca esperar. De momento, Marrero dice haber cumplido con su labor. "Hemos hecho un buen trabajo", afirma.

Su aval es doble: ascenso el pasado año a Segunda B y permanencia en éste. "La salvación ha sido la victoria moral más grande de mi carrera", espeta el técnico levantino, que argumenta que los apuros han merecido la pena, visto el resultado conseguido. Y el éxito le ha sabido muy bien, especialmente bien.

"Soy un arroyano más y siempre lo seré. Siempre llevaré a este pueblo en el corazón, pase a lo que pase en el futuro", añade el protagonista.

Amigo personal del presidente, vuelve a reiterar su discurso del pasado año. Si continúa Juan Bermejo, él puede seguir también... en el caso de que el empresario así lo decida.

Como Marrero, muchos de los futbolistas que han militado en el equipo este año quieren que Bermejo siga al frente, aval que consideran imprescindible para que ellos hagan lo mismo. Ya lo han expresado a través de las redes sociales y en los distintos medios de comunicación que les han preguntado. Una de las claves es, dice Marrero, la "seriedad" que transmite el dirigente del cuadro blanquiazul.

Un dato lo avala, recuerdan todos: ya se ha liquidado todo lo que le correspondía a técnicos y jugadores. El futuro, en cualquier caso, se escribirá en un futuro más o menos próximo, pero todos coinciden en que la clave tiene nombre: Juan, y apellido, Bermejo.