No hay miedo al Linares, aunque sí respeto. Angel Marcos, entrenador del Cacereño, lo advirtió ayer: "cualquiera que nos tocara sería complicado porque en esta Segunda B hay mucha igualdad entre todos los equipos". Jugar primero en casa (domingo, 12.00 horas) era, en principio, lo menos deseado, pero en el club apelan al momento de forma del equipo para encarar de la mejor manera la eliminatoria de permanencia.

Algo similar ocurriría con los que llegaría después en el sorteo de Las Rozas sobre las perspectivas de la fase de ascenso a la propia Segunda B. El campeón extremeño, el Extremadura, se medirá al Conquense, primero a domicilio, pero hay prudencia general en los almendralejenses.

Mientras, el Badajoz, se enfrentará al Choco, cuarto del Grupo I. La ida será este fin de semana en tierras gallegas y la vuelta el 28/29 en el Nuevo Vivero. También jugará el partido de vuelta en su estadio el Arroyo, que se medirá al Azuqueca, tercero del Grupo XVIII. Por último, al Jerez, el único que juega este fin de semana en su campo, le ha tocado en el sorteo la Gimnástica Segoviana, segundo clasificado del Grupo VIII.

Marcos volvía ayer de Madrid, donde asistió al sorteo, con aparente tranquilidad. En pleno retorno, analizaba. "Es una eliminatoria difícil, pero tanto como si nos hubiera tocado cualquier otro rival. La Segunda B es muy igualada, muy pareja. Quizá lo que menos me guste es que se juegue el segundo partido fuera, pero en casa tenemos que darle una alegría a la afición e ir a por todas el domingo".

"Esta noche me pondré a analizar al rival bien. He visto cosas y resúmenes, pero nada más. Ahora hay que saber los detalles", abundaba como principal estrategia, la más urgente y esencial, para encarar el duelo determinante para la supervivencia. El técnico confía en el momento de los suyos. "Mi equipo está ahora bien, creando muchas oportunidades. ¿Un resultado? Nunca se sabe. Lo más importante es no encajar goles. Nunca sabes si vale un 0-0 o un 3-0, depende de muchos factores".

SIN LEO RAMIREZ Quizá lo peor para el Cacereño sea recomponer el equipo. Leo Ramírez, que vio en Tafalla su quinta tarjeta, se perderá el duelo de ida. Con la marcha antes de tiempo de Hans Mulder, el equipo se queda con sólo un medio centro puro: David Cuerva. En principio, Aarón tendría que retrasar su posición para completar esa parcela.

Del mismo modo, Ismael Athuman y Rubén Palero se retiraron por problemas físicos ante el Izarra y son duda. En el caso del primero, ha sido además convocado por Kenia, con lo que su concurso en el momento decisivo es poco probable. Sobre el capitán, sus dos facturas en la mano también le pueden impedir jugar, aunque el madrileño intentará que esto no ocurra apelando a su raza.

En el sorteo de ayer estuvo el presidente de la Federación Extremeña de Fútbol, Pedro Rocha, que deseó que todos los extremeños triunfen y la próxima temporada pueda haber siete clubs en la Segunda B.