En tiempos de crisis siempre surgen oportunidades. Unas puertas se cierran, pero otras se abren. Quizás solo haya que buscarlas y estar preparados para abrirlas en el momento oportuno. El 1 de diciembre del pasado año Houssame Benabbou se metió en la carrera por los Juegos de Tokio. Consiguió la mínima para el maratón. Era la primera vez que se calzaba las zapatillas para disputar la distancia larga del atletismo. Sin embargo, conseguir la plaza olímpica era otra historia. «Lo tenía muy complicado», reconoce el deportista nacido en Marruecos, criado en Talayuela y residente ahora en Cáceres. Esa carrera ha vuelto a empezar y él se ha colocado en el kilómetro cero dispuesto a llegar hasta el final.

Su puerta abierta es el aplazamiento de los Juegos al verano del 2021 por la pandemia mundial del coronavirus. La decisión es lógica, dice, y no porque a él le de una nueva oportunidad, sino porque los deportistas no iban a poder prepararse de la forma adecuada y el público tendría miedo a ir a los estadios. «Hubiesen sido unos Juegos muy tristes».

«Voy a pelear a muerte», avisa alto y claro Benabbou, que no pierde el entusiasmo a pesar del confinamiento. «Y eso que estar encerrado para un atleta que a diario entrena al aire libre es muy, muy duro. Pero los maratonianos tenemos ese plus de capacidad, tenemos más cabeza. Al menos yo lo veo así». Risas.

Otra vez Valencia

El atleta extremeño cree que de cara a Tokio 2021 el seleccionador español sacará nuevos criterios, lo que en su caso supone tener que volver a hacer la mínima olímpica. «Dos de los que ya estaban clasificados tendrán que demostrar su estado de forma, lo que les supondrá correr otro maratón». Él volverá a poner su contador en marcha en el maratón de Valencia, que se disputa en el mes de diciembre, al que llegará con mucha más experiencia que el año pasado, cuando se estrenaba en la distancia. Ahora son ya muchas las horas de entrenamiento que acumula pensando en ese gran reto para el que empezó a prepararse hace ahora un año. «Ahora tengo experiencia y ya no tendré los miedos o las dudas que tenía durante la primera preparación».

Listo para entrenar en casa

A pesar del encierro en casa ha tratado de variar su rutina lo menos posible. Su «reloj biológico» le tiene ya en pie a las siete y media de la mañana y, por delante, tres horas de entrenamiento. Antes, cuando la calle y las pistas de atletismo de la Ciudad Deportiva de Cáceres y El Cuartillo eran su hábitat natural, las horas de trabajo cada día eran cinco. Hay que adaptarse, no queda otra.

Previsor, Benabbou se compró una cinta de correr nada más iniciarse el confinamiento. «Yo sabía que esto no iban a ser dos semanas, ni un mes, va a ser más, por desgracia». En casa también tiene bicicleta estática y «todo el material necesario para entrenar». «Me mantengo bastante bien, con otro tipo de trabajo, como todos los deportistas. Pero ya llevamos más de 20 días así y estoy totalmente adaptado a la nueva forma de trabajar».

Un proyecto aplazado

Lo que sí tendrá que esperar es el programa ‘Todos olímpicos’, en el que Benabbou acababa de estrenarse cuando el covid-19 paralizó el mundo. Durante una semana había visitado varios centros escolares de la región junto a la gimnasta emeritense Laura Campos para difundir los valores del movimiento olímpico y estimular la práctica deportiva entre los más jóvenes. «Es algo que me ha encantado; pensaba que iba a estar más nervioso, pero al final es hablar de lo mío, de algo que me encanta y me encontraba muy cómodo». Lo retomará en «septiembre u octubre», asegura. Y lo espera con ganas a pesar del esfuerzo que le suponía, ya que en vez de levantarse a las siete y media para entrenar tenía que hacerlo dos horas antes.

Mientras, seguirá preparándose con el punto de mira fijo en el maratón de Tokio 2021. «Me voy a dejar la piel para conseguirlo». Palabra de Benabbou.