El equipo español, con Anabel Medina (n.1) y Nuria Llagostera (n.2) al frente, rompió todos los pronósticos y, derrotando a domicilio a Italia (2-3), hizo realidad el sueño de pasar a las semifinales de la Copa Federación, consiguiéndolo además con solvencia.

Muy pocos creían en el milagro español en Nápoles; y, por supuesto, ninguno en que la clasificación iba a llegar ya tras los tres primeros encuentros, con un neto 3-0. Pero llegó, y de una forma notable, merecida y cómoda.

Ello ante un equipo transalpino, con el dúo formado por Francesca Schiavone (n.1) y Flavia Pennetta (n.2), que es el vigente subcampeón de la competición y que hace dos años se hizo con este trofeo. Pero este fin de semana en el Palavesuvio de Ponticelli (afueras de Nápoles), Anabel Medina y Nuria Llagostera fueron muy superiores a rivales con mejores clasificaciones WTA.

España jugó a un nivel altísimo, consciente de la gran dificultad pero concentradas e ilusionadas en la gesta; y ello también contribuyo a hacer menores a las azzurri . Lo hizo España iniciando el sábado con la sorpresa del triunfo de Llagostera ante una Schiavone ubicada ciento trece posiciones antes en el escalafón mundial (23 la española, 136 la española). Pero sobre la pista no sólo no existió tal descomunal diferencia sino que, incluso, era la mallorquina quien parecía estar mucho mejor clasificada.

MUCHO TRABAJO Llagostera, en un larguísimo partido que se prolongó durante tres horas y treinta y dos minutos (incluidos los cincuenta de parón por una gotera en el techo), se impuso a Schiavone por 7-6 (4), 3-6 y 6-2. Daba el primer punto a España y sorprendía a todos.

El triunfo de Llagostera ante la número uno italiana dio mucha más tranquilidad a Anabel Medina, que ante una de sus bestias negras como es Pennetta se dio todo un paseo. Anabel evidenció su gran momento de forma y arrolló a Pennetta por un 6-2 y 6-3, en apenas ochenta y un minuto de partido. España se ponía al término de la primera jornada con un imprevisto, pero justo 2-0.

El día apareció soleado en Nápoles y con los sabios del periodismo italiano afirmando que Italia remontaría y ganaría este domingo por un 3-2. Decían y escribían que a las italianas las pudo el sábado la presión de ser favoritas y jugar en casa, pero que el domingo sin esta las cosas cambiarían. Desde luego no atinaron.

Lo dejó claro Anabel Medina, que saltó con la misma concentración del sábado. La valenciana no dio opción a Schiavone. Anabel Medina se adjudicó el primer set por 6-4 y, el segundo, y el partido, con 6-1. El tercer punto estaba logrado. El 3-2 final fue una mera anécdota.