Aparentemente tranquilo, Angel Marcos no pudo ocultar su disgusto ante la actuación arbitral. "Me habían dicho que no se complicaba la vida. Habrá tenido hoy un mal día o se habrá tomado algo que le habrá sentado mal", llegó a decir el entrenador del Cacereño, indudablemente molesto por decisiones claves como la de la expulsión de Mejías. Además de ello, alabó la actitud del equipo y dijo que a Logroño "tenemos que ir a ganar". Dejó entrever claramente que el objetivo puede ser ahora la promoción y no habló de la marcha de Mulder, que le había roto esquemas, remitiendo al club. Mientras, el entrenador de la Arandina, Javier Bermúdez, dijo que el resultado había sido justo y expresó un "no tengo ni idea" cuando fue preguntado por el árbitro.