El Don Benito alcanzó la cifra de 100 tantos en Segunda B el pasado domingo. El nombre que quedará para la historia del club calabazón será el de Mario Gómez (Sevilla, 1994). «Estaba comiendo con mis padres después del partido y lo leí en Twitter. Me hizo ilusión, la verdad», confiesa el central.

Y aunque el suyo fue el centenario, Mario Gómez sabe que el de Abraham Pozo fue mucho más estético. «El gol 101 fue más bonito, la verdad, fue un auténtico golazo. En la situación en la que estamos da igual quién marque y cómo lo haga, lo que importa es sumar puntos y lograr el objetivo de la permanencia», señala.

Su registro anotador no es brillante, pero sí rentable. El del pasado domingo sembró la semilla de la remontada y ante el UCAM Murcia su gol sirvió para sumar un punto más. «La permanencia estará en los 45 o 46 puntos, como siempre. Nos quedan seis finales todavía», avanza el central. La fe y la pasión son necesarias para el fútbol. Y también para la Semana Santa. Mario Gómez es sevillano y ‘capillita’. «Me gusta más la Semana Santa que la feria, pero esta vez la pasaré en Don Benito, tenemos entrenamientos y no me gusta mucho tener que coger el coche», confiesa Gómez.

Esa fe también fue necesaria en los malos momentos. «El futbolista no puede pensar nunca en el descenso hasta que las matemáticas no lo digan. Ahora estamos fuera de esos puestos, pero eso no quiere decir nada», apunta. Su próximo partido ante El Ejido es otra finalísima. Una más.

La mejor versión del Don Benito se está viendo fuera del Vicente Sanz, inexplicable también para la plantilla. «Es raro, los equipos suelen ser más fuertes en casa y con nosotros es al revés. No encontramos respuesta a esa pregunta, la verdad», apunta. Fuera suman dos victorias más que las conseguidas en su feudo.

No es un hombre de promesas y menos si está en juego su reconocible coleta. «Eso nunca, ni aunque subamos a Segunda División. Con eso no se juega», dice con gracia. Y es que Mario Gómez dentro del vestuario es de los que hacen piña. Especialmente con los andaluces David López y José Manuel.

Aunque sí que apuesta a la salvación. «Siendo realistas, creo que vamos a estar peleando hasta el final. Firmaría jugarme la permanencia en el último partido. Aunque mi deseo es que ese último encuentro ante el Granada ‘B’ sea una fiesta en nuestra casa y ya hubiésemos logrado la salvación».