Joven con vocación religiosa

De Plasencia y en una congregación desde los 19 años: "No soy un bicho raro"

Paola Merideño protagonizará este sábado en la catedral el acto oficial de profesión perpetua en la congregación de las Hijas de María Madre de la Iglesia

Ha estado diez años formándose y se considera una "chica normal", a la que le gusta la sencillez y anima a los jóvenes a que, si sienten inquietud, "se atrevan a profesar su fe"

Paola Merideño, de Plasencia y en una congregación desde los 19 años.

Paola Merideño, de Plasencia y en una congregación desde los 19 años. / TONI GUDIEL

Raquel Rodríguez Muñoz

Raquel Rodríguez Muñoz

Paola Merideño Escribano avisa: "No soy un bicho raro". Sin embargo, en un momento de falta de vocaciones religiosas, sí es atípico que una joven con 19 años quiera entrar en una congregación y que, diez años después, vaya a hacerlo oficialmente a través de la llamada profesión solemne o perpetua, que tendrá lugar este sábado en la catedral de su ciudad, Plasencia.

Esa falta de vocaciones en España la pudo comprobar en Madrid, durante una etapa de su formación en la congregación de las Hijas de María Madre de la Iglesia, donde, de 40 jóvenes que había, "solo seis éramos españolas".

Paola conoce la congregación desde pequeña porque estudió en el colegio Madre Matilde de Plasencia, Las Azules, que llevan las hermanas. "Vivía cerca y mis padres son cristianos y querían que tuviera unos valores". Estudió en el centro hasta tercero de ESO y recuerda que "allí me entró la curiosidad, al conocer a las hermanas en el ámbito educativo, campamentos, grupos..." También ha estado en la Pastoral Juvenil y dando catequesis en la iglesia de San Nicolás. "Sentía inquietud y estaba a gusto".

Pero confiesa que, a pesar de esas actividades, "se me quedaba pequeño, sentía algo y quería entrar en la congregación".

Tenía solo 19 años y, apenas una semana antes de ingresar, se lo comunicó a sus padres. "Pensaba que si se lo decía antes, no me iban a dejar. Mi madre sabía que algo pasaba y mis amigas fueron mis cómplices, ellas me impulsaron".

Recuerda que para sus padres al principio "fue un shock, no se lo esperaban. Ahora que me ven feliz y contenta, ellos también lo están. Me dijeron que, si yo soy feliz, ellos también, y eso ya me tranquilizó".

Acto oficial en la catedral de Plasencia

Comenzó entonces un periplo dentro de la congregación que le llevó por varias ciudades y etapas, de aspirantado y postulantado, de noviciado y primeros votos... Ha estado en Béjar, en Madrid, en Salamanca, Cáceres y Portugal. "Conociendo la congregación y en continua formación, cultivando la respuesta a lo que Dios me pedía. He comprobado que no soy un bicho raro y hay gente como yo, que tiene mis mismas inquietudes".

"No fue fácil porque la vida religiosa no lo es, pero soy feliz entregando la vida sin recibir nada material a cambio"

Paola Merideño

— Hermana de la congregación Hijas de María Madre de la Iglesia

Cuando se ha sentido preparada, ha preguntado si las hermanas la consideraban apta para la profesión perpetua y le han dado el visto bueno. Paola lleva dos años trabajando como profesora de la primera etapa de Educación Infantil en un colegio privado en El Puerto de la Cruz, en Tenerife, pero no ha dudado de que su acto solemne de ingreso en la congregación quería hacerlo en Plasencia.

"Mi familia no podía viajar y, un acto tan importante para la diócesis, qué menos que hacerlo en mi tierra", subraya.

Cuando se le pregunta por la falta de vocaciones entre los jóvenes, cree que la culpa es de la sociedad actual. "A mí me han dicho que, con lo guapa que soy, ya debería tener novio o estar casada, pero el señor me ha llamado por otro estilo de vida". No obstante, se considera "una chica normal, que sale y se toma una cerveza sin problema. Soy una persona sencilla y para mí no fue fácil porque la vida religiosa no lo es, pero soy feliz entregando la vida sin recibir nada material a cambio".

Cree que no hay más jóvenes religiosos por "la falta de conocimiento y que no se atreven a dar el paso y prefieren quedarse en lo cómodo, en las modas, pero yo animaría a todos los que sientan inquietud a que se atrevan a profesar su fe. Ánimo y adelante, siempre adelante. Todos estamos llamados a crear un mundo mejor", concluye.

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