Congreso Teológico en Cáceres: “Hay que escuchar a los jóvenes y hablar con ellos”

La Diócesis de Coria-Cáceres celebró ayer su XIII Congreso Teológico-Pastoral bajo el título “Evangelizar hoy en la cultura de la indiferencia y la increencia». Se desarrolló en el Auditorio Papa Francisco del Seminario Diocesano con bastantes novedades. La primera ha sido una comisión organizativa fruto del cambio del equipo formativo del seminario para impulsar la pastoral vocacional. Y también se ha modificado la dinámica, al ser más activo y participativo.

Se ha elegido, según explica el obispo, Jesús Pulido, una temática muy atractiva para todos los responsables de evangelización (catequistas, religiosos, profesores, sacerdotes, seglares, personal de Cáritas…). “Quizás hace unos años no hubiéramos puesto la palabra indiferencia, sino solamente la increencia”, dijo en la presentación. Una indiferencia que, según el último documento de la Conferencia Episcopal, “no solamente está en los no creyentes, sino a veces también en los propios creyentes. Hay una falta de compromiso, se vive la vida muy individualmente”.

Los ponentes profundizaron ayer en esta cuestión. Toño Casado, quien se define como cura y artista, conocido por sus musicales ‘Vía Crucis’ y ‘33, el Musical’ (dos temporadas en IFEMA), y por sus siete discos de música espiritual, además de colaborar con Los Javis o Nacho Cano, hizo de su intervención en el seminario cacereño una oda a todo lo positivo que puede hacer la Iglesia, “con mucha calidad y llegando a los jóvenes y al mundo de hoy desde el arte y la cultura”.

El sacerdote analizaba los grandes problemas de los jóvenes. El primero, el desempleo, también las adicciones, la desmotivación, la sobreprotección… «La gente sigue siendo joven con 35 años, la madurez llega más tarde, hay una desconexión familiar, no se come en familia», proseguía, y alertaba de otras sombras como “la depresión, la tristeza, el suicidio, el consumismo, una sexualidad cada vez más compleja y el rechazo a lo institucional”.

Toño Casado realizó un repaso a la situación actual de la Iglesia, preguntando a los asistentes al Congreso Teológico Pastoral cuál es la relación entre jóvenes e Iglesia. «Hay parroquias en las que ya no hay niños para hacer la primera comunión”, continuaba. “A pesar de todo, los jóvenes puntúan bien a la escuela y a la familia, y también el consuelo espiritual, porque si tienes alguien al lado que te da cierto horizonte, lo valoran”, afirmó el sacerdote. “Los jóvenes valoran la libertad, buscan nuevas experiencias, necesitan sentirse grupo, dan importancia de la imagen, a la música y la solidaridad, la tolerancia, la ecología…".

Aprender a comunicarse

El religioso hizo un ejercicio de autocrítica y habló de las sombras de la Iglesia: aburrimiento, clericalismo, abusos, el papel de las mujeres… “Ante lo que no hay que reflejarse, deprimirse, culparse unos a otros o a los jóvenes y la sociedad. Sino que hay que escuchar, hablar con ellos, aprender a comunicarse y recuperar el arte, la música…”. La propuesta, agregó es volver a ser referentes culturales: “la iglesia fue una gran mecenas del mundo».

Por su parte, Leonardo Sánchez Acevedo, doctor en Ciencias de la Comunicación y director de pastoral de la Fundación Universitaria CEU Fernando III de Madrid, y profesor en la Facultad de Teología de San Isidoro de Sevilla, abrió el congreso y declaró que la Iglesia debe hablar desde nuevos lenguajes y canales si quiere llegar al mundo de hoy, “predominado por la indiferencia hacia lo religioso”.

 “Estamos conviviendo en una situación híbrida”, analizó el profesor, alertando sobre el doble mundo digital y físico. “Tenemos multitud de opciones de interactuar gracias al teléfono móvil que todos llevamos en nuestro bolsillo”, dijo. “El entorno digital representa un desafío para nosotros como Iglesia”, un desafío que el profesor anima a afrontar porque “siempre es el tiempo oportuno, tenemos que estar presentes en la cultura digital”.

Leonardo Sánchez Acevedo estimó que “estamos siendo educados en un insensibilidad comunicativa” y animó a poner en práctica la compasión auténtica, “mirando a Cristo en quien sufre” y haciendo gestos especialmente “entre todos aquellos que han perdido la esperanza, los que más están sufriendo en el mundo”.

Por otro lado, alertó sobre blogs que fomentan el odio y los conflictos también en las comunidades cristianas. “No se debe alentar la cultura de la división, eso no es Evangelio”, sentenció, llamando a “la importancia del diálogo con todas las personas”.