A estas alturas, cuando el Mérida se juega su futuro en una eliminatoria para no descender, quizás sean más importantes aspectos como el anímico y el físico que el meramente futbolístico, ya que si tanto el conjunto extremeño como el Coruxo se ven en esta situación, es porque no han dado un buen rendimiento.

En el apartado físico, el técnico emeritense Mehdi Nafti ha explicado que «llevamos un mes en el que hemos reducido el volumen físico para hacer cargas más cortas pero más intensas».

Desde el punto de vista anímico, la victoria en el último minuto de la semana pasada frente al Córdoba B «emocionalmente desgasta», reconoce el entrenador, quien añade que «esta es otra final más. En Lucena lo único que conseguimos es que volvemos a depender de nosotros mismos».

El triunfo in extremis en Lucena ha provocado cierta euforia en el entorno, algo que «no me preocupa, porque los chicos son conscientes de que se puede ir todo a la mierda», a pesar de lo cual, quiere ver la parte positiva a esta eliminatoria reconociendo que «para nosotros es un play off de ascenso, porque es más bonito, como si fuera un premio».

Redundando en la cuestión mental del plantel, Nafti asevera que «frente al Córdoba B vivimos una situación extrema, casi teníamos los dos pies en Tercera, y el equipo supo jugar en la segunda parte un partido muy serio, lo que demuestra que a nivel mental es un grupo muy fuerte». Con respecto a cuál de los dos equipos puede sentir mayor presión por el entorno que le rodea, tiene claro que «no vamos a sentir más presión que en el minuto 90 del otro día». Tiene a toda su plantilla disponible a excepción del sancionado José Cruz.