De Miguel Grande García (Malpartida de Plasencia, 21 de noviembre de 2001) llama la atención su serenidad al hablar. Este deportista adolescente, uno de los de más futuro del espectro extremeño, conversa pausado, sin alharacas, para transmitir una seguridad incuestionable, la misma que exhibe cuando se monta en un coche de rallys.

Sin contar aún con el carnet de conducir por aquello de su reciente mayoría de edad («estoy en ello») su historial como piloto le sitúa entre los mejores del escenario español de su edad. Su meta es, claro está, correr un campeonato europeo o el mismísimo Mundial. Su aval, un talento fuera de lo común y varios títulos de índole nacional, el último de ellos el Campeonato de España Junior, además de los campeonatos madrileño y valenciano de karts en años anteriores.

«¿Y de quién no?», pregunta a modo afirmativo cuando se le cuestiona sobre si Fernando Alonso es su espejo. Con una naturalidad extraordinaria, Grande revela que su inicio en los karts le viene de muy niño, «con ocho o nueve años». Asegura el joven chinato que «el mundo de los coches siempre me ha gustado» que su primer kart ‘serio’ lo tuvo como regalo en su primera comunión. Desde entonces se han sucedido las victorias. Desde entonces muchos han subrayado sus innatas condiciones.

A partir de ahí, sus viajes al circuito de karts Torremocha fueron constantes. Después llegarían Valencia y Madrid. «Salía de clase a las dos y media y toda la familia íbamos en nuestra autocaravana a donde fuera, sobre todo a Valencia».

BUEN ESTUDIANTE / A su padre sigue sin gustarle en exceso que su hijo corra en el mundo de los rallys, pero le respeta y salta a la vista que le apoya en todo lo que puede. «No le gusta por ser un deporte que se considera peligroso, pero ya lo van asumiendo de cara al futuro», agrega este estudiante de un grado superior de Administración y Finanzas en Plasencia, que lleva bien, como su anterior trayectoria en el instituto Quercus en su localidad natal. «No soy de 10, pero tampoco de 5; más bien de 7», acota. También está feliz viajando a diario a la capital del Jerte a cumplir con sus deberes académicos.

Miguel Grande está convencido de que quiere ser piloto profesional y que en ello va a seguir poniendo todo su interés. «Después de siete años en esto, no puedo tirarlos a la basura. Tengo que seguir aprendiendo, sé que es ahora o nunca, que tengo que ir para adelante», explica con rotundidad.

Fue reclutado hace dos años con el Extremadura Rallye Team junto a su mentor y compañero a los mandos, Candi Sánchez. «Llevo 16 años en esto y he corrido con más de 20 pilotos, como Sergio Casero, Paco Montes, David Quijada, mucha gente y muy buena, pero él es el mejor en todo, en sensibilidad, en concentración; su progresión es impresionante; lo capta todo rápidamente; es increíble…», no duda en piropearle mientras alaba su predisposición y madurez. «Tiene algo diferente», subraya. Por supuesto, superior a él también, admite mientras, cómplice, Grande sonríe al otro lado de la mesa de redacción de este periódico, donde tiene lugar el germen de este reportaje.

ACCIDENTADO INICIO / Su primera experiencia como piloto de rallys la ha tenido, y gozado, esta temporada pasada. En Campanario tuvo un accidente y un problema al inicio. «Madre mía, pensé, ¿dónde me he metido?», confiesa Candi Sánchez en tono informal sobre su copiloto en esa cita tan especial. «Hubo un antes y un después; todo fue muy bien hasta la última carrera, en Salvaleón», cuenta ante la mirada cómplice del joven chinato.

Será complicado ir subiendo escalones. El protagonista no es ajeno a lo que cuesta. Su compañero Candi Sánchez, maestro de profesión, lo explica nítidamente: «Hemos llamado a muchas puertas y hay que dedicar muchísimo tiempo a encontrar empresas que quieran colaborar. A veces es un poco desalentador cuando ves que no valoran el automovilismo y el deporte como una manera efectiva de obtener retornos interesantes para las empresas. Incluso así seguimos luchando para poder estar al cien por cien en un deporte que es tan caro como este».

«Necesitamos que las entidades privadas, empresas... nos apoyen a los deportistas en un ejercicio de sinergias entre ellos y nosotros». Lo demás, a lo que se ve, lo tienen: el talento y la dedicación. A la vista está, es más que evidente. Esta temporada, la primera con mayoría de edad, dará un paso adelante más. camino de los grandes rallys europeos y mundiales. su perspectiva soñada. «Tenemos unos años todavía para tratar de conseguirlo», dice. Y a fe que lo afirma convencido. Muy convencido.