El despido por motivos disciplinarios del secretario general de la federación, Jorge Pérez, ha revuelto un poco más el convulso momento que viven los despachos del fútbol español, pendiente de celebrar unas elecciones que, por tozudez o legalidad, siguen todavía sin fecha.

La coctelera no para. El último movimiento hasta ahora ha sido esa decisión de la RFEF, argumentada en «motivos disciplinarios» de prescindir de quien ha ocupado ese cargo los últimos doce años, aunque ahora pretende concurrir a esas elecciones como rival de Ángel Villar, algo por lo que éste ya pasó con Gerardo González, predecesor de Pérez. Antes del despido, Villar destituyó a Pérez hace tres semanas. Lo hizo el 11 de octubre, al final de la última asamblea de la Federación, en la que una de las primeras palabras que pronunció el presidente fue tozudo.

El mismo Villar quiso aclarar que no hablaba de nadie, por muy inevitable que sea pensar que existe tozudez en el conflicto que mantienen Federación y Consejo Superior de Deportes (CSD) con las elecciones de fondo.

Desde Martín Fierro se apela a la legalidad para echar por tierra los reglamentos electorales que llegan desde la Ciudad del Fútbol. El CSD considera que las modificaciones que han ido haciendo son insuficientes y pide celeridad a la Federación para celebrar unas elecciones que debían estar hechas desde abril.

OBSTRUCCIÓN / La respuesta de la Federación es que el CSD está obstruyendo y retrasando el proceso. Que primero pide modificar una cosa y después otra y que ataca temas «resueltos pacíficamente por el fútbol» desde hace tiempo. Y es verdad que la RFEF puso hace tiempo una primera fecha para elegir presidente. Porque fue en enero cuando hizo un primer reglamento que fijaba el 22 de abril. Entonces no había constancia de que la UEFA celebraría elecciones a presidente en septiembre, ni de que Ángel Villar iba a presentarse a ellas, aunque al final no lo hizo.

Especular con lo que habría pasado si Villar hubiera tenido éxito en la UEFA tiene poco sentido, pero es seguro que el escenario actual sería bastante diferente. H

Entre aquel primer amago electoral para abril y este inicio de noviembre han circulado más reglamentos, todos rechazados, hasta el último aprobado el 11 de octubre que fija la votación para el 20 de diciembre. También ha habido recursos al TAD, que no han derivado en sanción alguna, y recursos a la justicia ordinaria.

En ésta se tendrá que resolverse el despido por “falta de lealtad” de Jorge Pérez y en ésta sigue pendiente el recurso del otro aspirante a la presidencia Miguel Galán contra Villar por prevaricación al fijar la fecha de las elecciones.

En este “tótum revolútum”, y mientras el gobierno del país ha estado en funciones, la Federación ha pedido dos veces reunirse con el ministro de Educación, Cultura y Deporte, para buscar “una solución consensuada al conflicto generado por Miguel Cardenal y poder celebrar las elecciones conforme a la normativa vigente, tal y como siempre ha sido y sigue siendo” su “deseo”.

La petición no ha tenido respuesta de Íñigo Méndez de Vigo y seguirá en su despacho lo ocupe quien lo ocupe desde mañana. Pero sí ha hecho reaccionar al CSD, que, tal vez en un último aviso, ha instado a la RFEF a convocar las elecciones ya.

A la vez le ha recordado que en los últimos dos comicios se salió con la suya a la hora de poner fecha. En 2008 tenían que haber sido antes de los Juegos de Pekín, por no participar ninguna selección en ellos, y las celebró después de éstos a final de año. En 2012 lo hizo al revés. Debía hacerlas después de Londres, porque España sí compitió en esos Juegos, pero fueron siete meses antes de éstos.