Guarda como tesoros, cuantifica, "222 camisetas" de unos amigos deportistas muy especiales. Solamente Iván Campo, ex del Madrid y el Mallorca, se resistió a pasar por sus maestras tijeras y su privilegiada sensibilidad. Piensa que David Beckham fue clave en el cambio de imagen entre el gremio de deportistas; tiene a gala ser amigo de Casillas, Puyol, Raúl, Luis Enrique o el extremeño Fernando Morientes ("un tío extraordinario"). Y conoce mil secretos del vestuario de La Roja de los últimos 25 años, que nunca desvelará por pura discreción. "No me gustan los dimes y diretes", proclama.

También ha aconsejado a Rafa Nadal o Andrés Iniesta no hacerse implantes de pelo hasta que no dejen la élite. Por sus manos ha pasado el Rey Emérito. Porque él es un profesional universal. Porque Ramiro Fernández (San Miguel de Nembra, Asturias, 1943), el peluquero de la selección de fútbol, es mucho más que eso: es el protagonista de la historia de una persona tan intensa como generosa, alguien que ha recibido el reconocimiento de todos los que le han conocido a través de su condición, como a él le gusta decir, de "psicoesteta". No es un peluquero al uso.

"He venido a Cáceres a la boda de un familiar", dice desenfadado en la redacción de este periódico, que visitó ayer acompañado de un viejo amigo: el presidente de la Federación Extremeña de Fútbol, Pedro Rocha. Dialogar con este delicioso conversador es un no parar de anécdotas y vivencias, algunas contadas en libros que glosan la figura de este polifacético personaje o, incluso, escritos de su puño y letra.

"El día anterior a la final del Mundial de Suráfrica, Andrés me dijo que quería raparse la cabeza. Yo no estaba muy convencido, pero a ver quién era el guapo que le decía algo el día siguiente, con su gol y el título", rememora Ramiro, el 'culpable' del cambio de look de futbolistas como Raúl, Morientes o Xavi Hernández. Porque él ha ido evolucionando con los tiempos, ya desde su negocio en Oviedo, que le ha dado fama y en el que se ha granjeado el respeto y admiración de todos.

Extremeños

Ramiro, que tiene muy buen recuerdo de exfutbolistas como los extremeños Manolo Sánchez o Antonio Alvarez, 'Ito', cuenta cómo el madridista Alvaro Morata expresó en una concentración: "¡pero si parece mi abuelo!", en referencia al veterano profesional asturiano. "En cada concentración somos 50 personas", calcula. Y de todos ellos él está pendiente para ofrecer sus servicios, una aventura que se inició gracias a sus paisanos Luis Enrique y Abelardo.

Beckham "cambió el concepto" y alentó "las cinco transformaciones" para fijar el carácter "apolíneo" del pelo. "El cabello está situado en la parte más noble del cuerpo humano: la cabeza. Trabajar el cabello es para mí un privilegio", cuenta Ramiro, horas antes de que España juegue en Bélgica, donde él en condiciones normales tendría que estar. "Me uno el domingo a la selección en León", informa él mismo con la ilusión de un chaval.

"El mejor peine son los dedos", dice, para quitar clichés negativos sobre su profesión. "Nos fue calando poco a poco, como la lluvia fina, como el orbayu de su maravillosa tierra asturiana. Se preocupó de ganarnos despacio con una buena dosis de sencillez, discreción y profesionalidad, a base de darnos el consejo adecuado". Lo dicen no unos cualquieras: lo describieron así Raúl y Casillas en una biografía del periodista asturiano Juan Luis Fuentes. Genio y figura.