Exhibiendo un tenis de nota, Rafael Nadal se metió ayer en los cuartos de final de Wimbledon, donde jugará ante el escocés Andy Murray, la gran esperanza del tenis británico, en una jornada triunfal, también para Feliciano López y de despedida para Fernando Verdasco, abatido ante el que será el próximo rival de Roger Federer, el croata Mario Ancic.

Un percance en la pierna derecha sufrido por el tetracampeón de Roland Garros y número dos del mundo provocó que Nadal tuviera que ser atendido por el fisioterapeuta durante su pulso con el ruso Mijail Youzhny. La cosa quedó ahí, por el momento, y el contratiempo no detuvo al manacorense a la hora de dar un paso de gigante, cada vez más cerca de otra final.

Le llevó 2 horas y 10 minutos sellar una victoria limpia, en tres sets, para convertirse en el oponente de Murray, que tuvo que dar la vuelta al guión de un larguísimo choque con Richard Gasquet en la Central para meterse en cuartos tras el 5-7, 3-6, 7-6 (3), 6-2 y 6-4.

Nadal admitió tras el partido que se llegó a asustar cuando sintió un "crack" detrás de la rodilla, en la pierna derecha. Eso sí, en ningún momento pensó en abandonar.

RESISTENCIA El toledano Feliciano López salvaba en la cancha 18 tres bolas de partido en contra con un saque arrollador para resolver un vibrante cara a cara ante el chipriota Mario Baghdatis, que se fue a los cinco sets por 5-7, 6-2, 3-6, 7-6 (4) y 8-6.

En 3 horas y 41 minutos, Feli firmó un total de 25 aces frente a los 18 de su rival y la presión del duelo hizo que el español se lanzara al suelo aliviado en cuanto concluyó el martirio.

Menos suerte ha tenido el otro miembro de la Armada que quedaba coleando del grueso de la tripulación española. Fernando Verdasco, al que le ha tocado hacer las maletas, ha lamentado las ocasiones perdidas frente al croata Mario Ancic.

En dobles, las quintas favoritas, la pareja española formada por Virginia Ruano y Anabel Medina, no pudieron con las hermanas Venus y Serena Williams (6-1 y 6-4) y dijeron adiós en la tercera ronda.