Ñete Bohigas acaba de comparecer para comentar su destitución como entrenador del Cáceres Patrimonio de la Humanidad. Aparte de desear la mejor de la suertes a su ya exequipo, al que deseó efusivamente que logra la permanencia, dejó un titular sobre el momento personal que vive, tras cinco años y medio en el cargo: "Ser de Cáceres no es fácil en Cáceres".

Bohigas sostuvo que su discurso "sigue siendo el mismo" que antes de ser cesado el domingo. "Si hay una prioridad ahora en mi cabeza y en la de todos es que el club salga de los tres últimos puestos y que el descenso se vea como un mal sueño a final de temporada. Las piedras para eso están puestas", comentó. Para ello, deseó la recuperación física de Andy Mazurczak ("el equipo es otro con él") y de Niko Rakocevic "cuanto antes".

Destacó que se sentía "muy orgulloso" de haber entrenado al Cáceres. "Se cierra un círculo. Estoy con la conciencia muy tranquila. He sido muy honesto con el club. Las premisas en cuanto a clasificación las he cumplido con creces. Solo una persona que amase mucho la ciudad y al club podría llevar a sus espaldas intentar ascender a Oro y cumplir los requisitos que se pedían con unos presupuestos más bajos de siempre. Soy un orgulloso cacereño y un cacereño orgulloso", reflexionó.

Empezó entonces un largo capítulo de agradecimientos, Primero a cada uno de los jugadores que han pasado por su vestuario, "los que están y los que no están, porque de todos he aprendido". También a los profesionales del club, mencionando a la secretaria Cristina y al utillero Pepe. Dedicó unas palabras especiales al preparador físico Mario Hellín "por su lealtad y profesionalidad. Hay gente más imprescindible que otra y él lo es".

A la afición la sintió "muy cerca, no solo a la gente que viene al pabellón, sino también a los que no vienen aunque siguen viviéndolo". Anunció que estará sentado en la grada "en cuanto vea que mi presencia no va a hacer daño. Me uniré a la gente que anima, separándome de los que insultan y restan. A los que no les ha gustado mi trabajo, les pido disculpas si mi temperamento les ha podido herir. Estoy a su disposición para explicarles el porqué de las cosas".

Bohigas hizo un repaso por su trayectoria en el baloncesto cacereño. "He hecho de todo. He sido hijo de presidente, jugador del San Antonio y del Cáceres, abonado, accionista, he avalado con mi patrimonio cuando hacía falta… Se ha cerrado el círculo, aunque no de la forma que a mí me hubiera gustado". Y es que le queda la sensación de que "después de haber ganado a Canoe, aun con un mal partido, hubiéramos también ganado a Barcelona y las cosas se hubieran visto de otra forma, pero no ha podido ser".

Reconoció haber "sufrido muchísimo" porque "han sido momentos complicados". Por lo que general estuvo sonriente y sereno, pero se emocionó cuando mencionó a su familia como apoyo fundamental. "Los que me conocéis sabéis que soy muy llorica", acertó a decir, con la voz entrecortada. Fue entonces cuando soltó lo de que "ser de Cáceres no es fácil en Cáceres". Como ilusión no cumplida le quedó "haber perdido lo de tener 3.000 o 4.000 personas en todos los partidos".

SEGUIRÁ ENTRENANDO

Sobre su futuro, dejó más o menos claro que seguirá entrenando. "Si ha habido un momento en mi carrera en el que me siento más fuerte, es ahora. No tengo la menor duda. Sigo siendo entrenador y posiblemente lo haré en otro sitio. Si no, me dedicaré a otras cosas. Me siento capacitado para hacerlo", comentó.

Cuando se le preguntó por su mejor recuerdo en este ciclo, se refirió al ascenso a LEB Oro del 2015, pero también a "haber salido adelante tras momentos complicados", como en la recta final de la temporada pasada. "Fue una alegría inmensa a nivel interno", aseguró.

Eludió polemizar. ¿Ha tenido menos apoyos en el vestuario que en la directiva? "Cuando termine la temporada, y todo sea una temporada, se podrá hablar. Pero de mi boca no saldrá nada que amenace el futuro deportivo de mi club", respondió. Y, preguntado por si considera que su sustituto, Roberto Blanco, está preparado para sustituirle y sacar al Cáceres de abajo, deseó que sea así: "Ojalá lo saque. Le han encomendado esa tarea y espero que tenga mucha suerte y lo consiga".

También ofreció cierta autocrítica. "He cometido errores en la cancha y en la planificación. ¿Quién no los comete? La plantilla es completamente distinta a la que habíamos pensado. Cuando se está limitado a la hora de fichar, es más fácil equivocarse. Corríamos el riesgo algún año de que pasara. Algunos jugadores que pensábamos que podían dar un rendimiento, no lo han dado. Ojalá lo hagan a partir de ahora", explicó.

La destitución, en suma, la ve como "parte del negocio" después de 27 años en ello. "Quiero entender que todo se vea como una perspectiva, que dentro de un tiempo se valore si se ha hecho bien o mal. Por mí, solo puedo asumir la decisión".