Siento mucho si os estoy dando una tabarra impresionante con la segunda vuelta de la temporada 2014-2015. Lo siento, sí, pero no estoy viendo la televisión ni las noticias. ¿Para qué? Prefiero seguir esta semana en mi realidad paralela donde volver a sentir las mariposas en el estómago al recordar con detalle cada momento vivido durante aquella campaña de ascenso a la LEB Oro, en concreto durante aquel momento en especial, donde apenas en unos días cambiaron nuestras vidas… Pero eso será para el sábado.

De momento nos encontramos en la jornada 20, del 21 de febrero de 2015, y acaba de debutar Richard Nguema con nosotros. Lo hizo además con victoria frente a Cambados en casa. Ya había estado aquí hacía dos años y teníamos dos buenos bases como José Marco y Guille Corrales, pero su ayuda sería decisiva jugando muchos minutos de escolta.

Hasta ahí todo seguía normal. Castellón también ganó y, como habréis visto, el equipo que primero se enfrentaba contra nosotros lo haría frente a ellos en la siguiente jornada. Pues parece que los pulpos se le estaban atragantando en aquella segunda vuelta al equipo de Toni Ten, que salieron derrotados en su vuelta a las tierras gallegas.

Eso produjo un cambio de escenario. Ahora las condiciones del juego habían cambiado. Restan tan solo siete jornadas, con Castellón y Cáceres empatados en el record, 16 victorias y 5 derrotas. De momento, ellos estaban por delante, ya que nos habían ganado en la jornada 8, en el Multiusos, por 74-78.

El siguiente partido iba a marcarlo todo: 6 de marzo a las 20.30 horas, Tau Castellón-Cáceres Patrimonio de la Humanidad. Aquella noche estaba en juego más de media liga. Me atrevería a decir que el 80% de las posibilidades de conseguir el puesto de ascenso directo estaban pendientes de ese enfrentamiento. Todos lo sabíamos. Si queríamos pelear realmente por subir, debíamos ganar sí o sí, por lo civil o por lo criminal. Pero podría no bastar con eso: debíamos tratar de ganar por más de 4 puntos, el average desfavorable que traíamos desde Cáceres. Perder suponía un auténtico desastre, ya que en la práctica suponía estar dos encuentros por detrás de ellos con seis partidos por jugarse. Se nos hubiese puesto casi imposible.

La cosa no empezó muy allá. Íbamos perdiendo por cinco al descanso (41-36) al descanso. Debíamos remontar y luego jugar un partido nuevo que nos valía con ganar por 4 puntos.

Fue una dura batalla. Castellón se agarró a la pista, sacando su carácter de líder de la categoría, tanto que solo pudimos remontar tres puntos en el tercer cuarto. 64-62 marcaba el luminoso a falta de tan solo diez minutos.

Todos estábamos tensísimos y encaramos un final en el que podía pasar cualquier cosa. Nosotros mantuvimos un poco mejor la calma. Un triple mío, otro de Nguema y otro de Marco nos ayudaron a ponernos por delante y lograr la ventaja que queríamos (79-83 a 1:39), pero no la conservamos. Al menos ganamos (84-87) y nos pusimos líderes, pero sabíamos que ya no podíamos fallar si queríamos ser campeones.

#YoMeQuedoEnCasa recordando nuestro ascenso a LEB Oro en 2015. ¡Mañana sigo!