A Miriam Casillas la expansión global del coronavirus le pilló con la maleta preparada para marcharse a Abu Dabi a disputar la primera prueba de las series mundiales de triatlón. No hubo viaje, «quizás tampoco haya pretemporada», se resigna la deportista pacense, la primera entre los extremeños que consiguió el billete para los Juegos Olímpicos de Tokio. Tras ella lo logró el escalador cacereño Alberto Ginés y los paralímpicos Juan Antonio Valle (piragüismo) y Juan Bautista Pérez (tenis de mesa). Todos deberán esperar al verano del 2021. También los Javier Cienfuegos, Álvaro Martín, César Castro, Miguel Durán... y algunos más que iban que esperaban ganarse un sitio con pruebas que ya tampoco se celebrarán.

Serán unos Juegos, los de Tokio 2021, especiales, «muy especiales», dice Casillas. Además, su plaza, salvo cambio de criterio, no corre peligro, ya que el COI (Comité Olímpico Internacional) ha confirmado que respetará las plazas obtenidas para Tokio 2020 hasta el parón del deporte mundial.

La extremeña tiene muy claro que aplazarlos fue la decisión correcta. «Era la única solución, el deporte no es ahora prioritario». Y una vez aplazados, celebrarlos un año después, «es una buena solución, quizás la mejor».

Tiene muy claro Miriam Casillas que los Juegos del 2021 serán «diferentes». Lo dice ella que ya ha vivido unos, los de Río 2016. «Van a tener un valor especial para todo el mundo. Creo que una de las razones por las que en el COI estaban empeñados en celebrarlos sí o sí en otra fecha es por reivindicar que vamos a poder superar este virus, que vamos a poder volver a nuestras vidas habituales. Serán unos Juegos que se vivirán de una forma mucho más especial que si se hubieran celebrado este año», sentencia.

ENTRENANDO EN PORTUGAL / Ahora, Miriam Casillas está en Monte Gordo, en el Algarve portugués, donde estaba concentrada cuando se decretó el estado de alarma. «He decidido quedarme aquí porque mi madre no quería que fuese a casa, ella trabaja en el hospital y prefiere que no me exponga a ese riesgo. Además, ya había estado en Madrid la semana que todo esto estalló y tampoco quiero poner en riesgo a más gente», explica en declaraciones a este diario.

En Portugal, además, las medidas son ahora mismo menos restrictivas y Casillas puede, al menos, salir a la calle a correr. Los entrenamientos en bicicleta sí tienen que ser en rodillo. Solo flojea uno de los puntos del triatlón, el del primer segmento, la natación. «No se puede salir a nadar». Esa parte la ha sustituido por el gimnasio.

DESCENSO DEL RITMO / Lo que también ha tenido que hacer es bajar el ritmo, «por lógica» (no ha competiciones a la vista) «y por salud», porque no es ni posible ni necesario mantener el mismo ritmo que antes de que el deporte mundial se paralizara. «Tenemos que volver a un estado previo al de pretemporada, hay que perder la forma».

Aún siendo así, no puede parar y tiene sesiones de trabajo tanto por la mañana como por la tarde, aunque este confinamiento (solo sale a correr y a hacer la compra) le permite hacer algunas cosas que antes no podía. «Sí que es cierto que duermo un poco más que antes», dice entre risas. También ha vuelto, «por aburrimiento», a estudiar un poco. Está con un libro de trastornos alimentarios que es de su madre. «A mí siempre me ha gustado más estudiar desde el libro que desde el ordenador». La vieja escuela. También hay tiempo para ver algunas series. «Hacer otras cosas, tener más tiempo de ocio que antes», resume Casillas: «Al final se pasa el día y siempre hay cosas que hacer».

MOTIVACIÓN / Lo que no falta es la motivación, reconoce. Por hacerlo cada día mejor, sobre todo los ejercicios en el gimnasio, «a los que menos habituada estoy». Por ser mejor triatleta, su gran objetivo. Por estar lista para cuando esta pandemia mundial llegue a su fin. «Lo que estamos viviendo ahora me ha recordado un poco hace dos años cuando estuve lesionada y tras la cirugía del pie estuve un año sin competir. Fue duro, pero eso acabó y volví. Y pensar en ello me ayuda ahora», concluye Miriam Casillas, que mira con ilusiones renovadas a Tokio 2021.