Josep Maria Bartomeu apeló al orgullo de club y al orgullo ciudadano para insistir en la necesidad de levantar un nuevo estadio. "El Camp Nou se nos ha hecho viejo, ya no es el mejor estadio del mundo. Y un club como el nuestro debe tener el mejor. También una ciudad como Barcelona".

Bajo este preámbulo, el presidente del Barcelona trató de seducir a los socios, pero sobre todo al ayuntamiento y a los habitantes de Les Corts, a sumarse al entusiasmo de la directiva en el nuevo proyecto de Camp Nou, desvelado ayer con más detalles tras un concurso arquitectónico resuelto el pasado 8 de marzo con cierta polémica por una filtración prematura.

La propuesta victoriosa, a cargo del equipo japonés Nikken Sekkei asociado al catalán Pascual Ausió Arquitectes, se convertirá, según Bartomeu, en "un icono de la ciudad de Barcelona". La imponente maqueta descubierta ayer hace pensar que así será.

El nuevo estadio culé se construirá sin fachada, deberá estar listo para la temporada 2021-22 y tendrá una capacidad para 105.000 espectadores, 6.000 más que los actuales.

Mientras, en el club azulgrana ha renacido el optimismo. "Vamos a ganar la Liga", dijo el goleador Luis Suárez.