Objetivo más o menos cumplido de cara a un día decisivo. El Nissan Al-Qázeres Extremadura difícilmente podía pensar que iba a ganar el pasado sábado en la pista del Valencia Basket. Al final cayó 66-48, un resultado holgado pero que oculta un dato con el que se queda su entrenador, Ricardo Vasconcelos.

«Ganamos dos cuartos», dijo varias veces el portugués en el audio distribuido a los medios y grabado desde el propio autobús de regreso a Cáceres. Cierto: el 14-22 del segundo y el 14-15 del último son parciales que le empujan a un cierto optimismo de cara a recibir el próximo viernes al Quesos El Pastor Zamora en lo que será una cita clave para la salvación en la Liga Femenina Endesa.

La mejor noticia del fin de semana para el Al-Qázeres se produjo ayer por la mañana, cuando las zamoranas no pudieron sorprender al Gernika, aunqueestuviesen cerca (62-70) y todo queda igual en la tabla. Hay dos triunfos de diferencia entre los dos equipos que aspiran a evitar la penúltima plaza, pero el Al-Qázeres se habrá quedado sin margen de error si cae el viernes en el Serrano Macayo por una diferencia superior a tres puntos, el basket-average que se trajo de la primera vuelta (64-67).

Vasconcelos tiene por delante una semana tensa en la que tendrá que limar aspectos como la puesta en escena (el primer cuarto en La Fuente de San Luis fue 19-6) y el regreso de vestuarios (19-5). Particularmente quedó descontento del tercer cuarto. «Teníamos más soluciones de las que mostramos», lamentó.

No lo dijo, pero seguro que tampoco le gustó la inexistente aportación de las jugadoras de banquillo. Muy pocas veces se da en el baloncesto actual que ninguna de las no titulares lograse anotar. Entre Laura Ferreira, Dragana Domuzin, Josefin Vesterberg y Julia Melina lanzaron seis veces a canasta y no anotaron ninguna. Tampoco es que ayudasen en otros aspectos, totalizando cuatro rebotes y ninguna asistencia. «Competimos muchos minutos», concluyó Vasconcelos desde el bus. No le queda otra que intentar alargar esos minutos.