Casi cinco meses después de que el tenis profesional cerrara sus puertas por la pandemia del coronavirus, en el Castelforte Tennis Club de Palermo abre las suyas para albergar el primer torneo oficial que se pone en marcha con la nueva normalidad.

En el torneo italiano se pondrá a prueba la viabilidad de poder jugar el circuito profesional después de las diferentes exhibiciones que durante las pasadas semanas se han llevado a cabo con resultados distintos. Los casos de positivos por coronavirus detectados en el Adria Tour, montado por Novak Djokovic, han puesto en alerta máxima a los responsables del tenis mundial ante el retorno del tenis profesional hasta final de temporada.

La federación estadounidense (USTA) insistía en un comunicado su decisión de organizar el Masters 1.000 de Cincinnati y el Abierto de Estados Unidos, garantizando la seguridad de los tenistas, aunque siguen luchando para evitar la obligada curentena a la que deberán someterse para desplazarse a Nueva York. Por su parte los responsables del Masters 1.000 de Roma han anunciado que el torneo se jugará definitivamente sin público y hay dudas sobre la celebración del Mutua Open de Madrid, en septiembre, por la situación de la pandemia.

La Comunidad de Madrid recomendó en la reunión que tuvieron el pasado 29 de julio con el CSD y los responsables del torneo madrileño no celebrar el mismo ante el rebrote de casos de coronavirus, aunque la decisión definitiva sobre organización recae en Ion Tiriac y su empresa Super Slam, propietarios del torneo.

MÁXIMA ATENCIÓN

Ante esa situación los organizadores del torno de Palermo han preparado el protocolo con las autoridades sanitarias italianas. Las jugadoras y sus acompañantes tienen la obligación de estar en Palermo tres días antes de comenzar el torneo y con certificados de sus países de origen de tests negativos por COV-19. Igualmente todas y sus acompañantes también deberán pasar controles en Palermo.

En el exterior del hotel, donde se alojan las tenistas, se ha montado un equipo de campaña con el personal sanitario para hacer todas las pruebas. La aceditación para el torneo no la reciben hasta comprobar que el análisis es negativo. El primer día, las jugadoras deben quedarse en el hotel, sin poder salir, hasta no conocer los resultados. La manera de realizar los controles en la calle ha sido criticada por el entrenador de la rusa Elena Rybakina, en las redes sociales. "Es un auténtico chiste", se ha quejado Stefano Vukov.

En el torneo es obligatorio el uso de mascarilla excepto en los entrenamientos, los partidos y para comer. Las tenistas deben pedir hora para ir al gimnasio o utilizar el servicio de fisioterapeutas. El aforo de la central se ha reducido de 1.500 plazas a solo 350.

"NO PODEMOS FALLAR"

Estamos seguros, pero también sentimos una gran responsabilidad en el sentido de que no se nos permite fallar, ha explicado Oliviero Palma, gerente del club en la revista Tennis Majors. Es el primer torneo del mundo que se reanuda y debe demostrar que el deporte puede volver".

El torneo, ha comenzado hoy en su fase previa, con la presencia en el cuadro de las tenistas españolas Aliena Bolsova y Lara Arruabarrena que este sábado debutaban, mientras Sara Sorribes accede al cuadro grande de 32 tenistas, directamente.

La actual número 2 mundial, la rumana la Simona Halep, que estaba inscrita en el torneo renunció a jugar la semana pasada por la situación del coronavirus. Junto a la campeona de Wimbledon han renunciado a jugar otras 10 jugadoras inscritas inicialmente.