Suena el móvil en mitad del infernal ruido de una jornada de entrenamientos de F-1 en Hockenheim. La pantalla señala un número que empieza por +44. Es una llamada de Inglaterra. "Hola. Soy Chris David, el mánager de Paul", se escucha entre el ensordecedor petardeo de los monoplazas. ¿Paul? ¿Qué Paul? Un barrido en la memoria solo detecta un Paul en el paddock , Paul Di Resta, el piloto escocés que ganó a Sebastian Vettel en la F-3 y que está en Force India. "Había yo concertado alguna entrevista con Di Resta?" Y la respuesta descoloca al más sereno: "¿Di Resta? No, no, soy el mánager de Paul, el pulpo".

¡Adiós! Un latigazo recorre todo tu cuerpo. Cierto, hace una semana contacté con el Sea Life de Oberhausen, el acuario donde vive Paul, el pulpo que adivinó todos los resultados del Mundial de Fútbol. Quería que nos ayudase a adivinar quién ganará el Mundial de F-1. Su forma de elegir la urna con el equipo ganador del Mundial dejó boquiabierto a medio mundo y casi hace quebrar a las casas de apuestas. El pronóstico más esperado es saber si Fernando Alonso llegará o no a tiempo de ganar su tercer título. Difícil pronóstico, incluso para este cefalópodo metido a adivino. La idea era simplificar el pronóstico y situar en tres urnas los logos de Ferrari, McLaren y Red Bull y que el octópodo elija el mejillón del equipo ganador, el que más le guste.

Pero en el acuario están superados por tanta petición. Cientos de medios de comunicación y miles de clientes, brujas y programas del zodiaco quieren peregrinar a Oberhausen en una nueva ruta jacobea que sacude a Europa. Pero en el acuario están desbordados y aseguran que Paul ya no puede hacer más predicciones. Su manager explica que está muy cansado --debe ser agotador comer almejas en un acuario, día tras día, escogiendo al equipo ganador-- y que decidió retirarse. Aunque quizás puedan hacer una excepción, eso sí, Paul cobrará 15.000 euros por prestarse a su pronóstico. Sí, han leído bien, 15.000 euros. ¿Y cómo los cobrará el pulpo?, ¿en mejillones? ¿en almejas?.