El italiano Alessandro Petacchi, del Milram, logró su segunda victoria consecutiva en la duodécima etapa de la Vuelta, disputada a través de 176 kilómetros entre Algemesí y Hellín, la ´Ciudad del tambor´, que escuchó el redoble de Ale-Jet, en un momento de inspiración, dentro de una jornada de calor en la que el ruso Denis Menchov siguió vestido con el jersey oro.

A Petacchi le costó entrar en juego. Vino deprimido por las acusaciones de dopaje, luego le amargó Freire la primera semana, pero ya ha cogido el aire a la Vuelta, y está intratable. Ya se ve cómo se las gasta el mejor esprinter del mundo, el heredero del gran Cipollini. Su exhibición fue lo único destacable en una jornada plomiza, previsible, con los alicientes en avanzado estado de raquitismo.

El corredor de La Spezia escuchó en Hellín la tamborada en su honor después de cruzar la meta por delante de su compatriota Daniele Bennati (Lampre) y del bielorruso Alexandre Usau (Ag2r), con un tiempo de 3h.41.00, a una media elevada, de 46 kms/hora, lo que significa que hubo exigencia física bajo la calima, en una Vuelta que quiere y exige novedades.