La plantilla del Eibar emitió un comunicado en el que expresa su rechazo a reanudar la actividad y su «miedo» a las «terribles consecuencias» que podría acarrear el regreso de la Liga. Nadie hasta ahora, en el fútbol profesional, se había expresado con tanta rotundidad. La postura del conjunto vasco (16º de la Liga, dos puntos por encima del descenso) provocó la reacción inmediata de LaLiga, que acelera para que el torneo vuelva lo antes posible. Su presidente, Javier Tebas, repitió la misma de hace 15 días: «Jugar a fútbol será más seguro que ir al súper».

Los jugadores y técnicos del Eibar piden «garantías» y «responsabilidad» ante el temor de contraer y contagiar el covid-19 jugando a fútbol, una actividad en la que, subrayan, no podrán «cumplir la primera recomendación de todos los expertos: el distanciamiento físico». Dos jugadores de la plantilla del Eibar, que prefirieron mantenerse en el anonimato, reconocieron a este diario que hacía días que estudiaban tomar una postura respecto a la vuelta a la actividad y al final decidieron apoyar el comunicado.

«Nos inquieta que, por hacer lo que más nos gusta, podamos contagiarnos, infectar a nuestros familiares y amigos, e incluso contribuir a un nuevo brote de la epidemia, con las terribles consecuencias que ello conllevaría para toda la población», manifiestan los jugadores. La plantilla opina que «lo primero debe ser la salud de todos y es momento de que esa idea prevalezca con hechos, no únicamente con palabras. Pedimos garantías y responsabilidad», sostienen.

Los futbolistas dicen ser unos «privilegiados» porque disfrutan «entrenando y jugando cada minuto», motivo por el que aclaran que «quieren jugar». «Pero antes que futbolistas somos personas, y como a gran parte de la sociedad nos preocupa la situación sanitaria». Reconocen que es cierto que «millones de trabajadores han vuelto a sus tareas, con mucha menos atención y muchos menos medios sanitarios» que ellos, ya que muchos lo harán «sin unas garantías mínimas. No es justo y lo sabemos».

LA POSTURA DE RUFETEY cuando LaLiga respondió que jugar a fútbol será más seguro que salir a comprar, se produjeron diversas respuestas. Una de las más contundentes fue la del doctor García Cota, del Celta y de la selección española, muy crítico con el protocolo de LaLiga: «Jugar a fútbol no será tan seguro como dicen, y quien quiera entenderlo ha de pensar en un córner, con 15 jugadores metidos en el área, separados por centímetros y gritando consignas, lanzando, probablemente, saliva al hablar. No creo que eso sea seguro, aunque todos perdamos si no se juega».

Por su parte, Francisco Joaquín Pérez Rufete, director deportivo del RCD Espanyol, aseguró ayer en una videoconferencia con la prensa que «el primer rival del fútbol es, sin duda, el coronavirus; y, el segundo, el tiempo, pues peleamos contrarreloj por cumplir los plazos exigidos por la UEFA de acabar el campeonato antes de agosto».

Para Rufete, que defiende que los sanitarios y la gente necesitada deberían ser los primeros en disponer de tests, tratar a los futbolistas como privilegiados es un error. «Esta es una crisis mundial de personas y no una crisis mundial de cargos y profesiones», dijo. La plantilla del club perico ha sufrido ocho casos de coronavirus y ha tenido a más de un familiar a punto de fallecer.