El Extremadura Plasencia termina esta noche (20.00 horas) una LEB Plata en la que ya consumó su descenso de categoría. Recibe a un L’Hospitalet que sí se juega muchísimo, ya que para salvarse necesita vencer. Si pierde y el Gijón gana en casa al Menorca, serán los asturianos los que se mantengan.

No piensa en ello el técnico Raúl Pérez, más pendiente de los suyos y de intentar terminar lo más arriba posible en la clasificación para, en que caso que este verano hubiera repescas o vacantes de equipos para completar la LEB Plata, el orden deportivo tendría mucho que ver. «Nosotros queremos ganar por todo lo que nos conviene, vamos a competir al 100%», dice, «ya que se lo debemos a una afición que nos ha estado apoyando siempre, a la propia directiva, que tanto ha aportado. Aquí nadie nos ha llamado para nada, si es verdad que hay maletines, no los hemos visto».

Lamenta el técnico la situación del club, ya que considera que había argumentos para haber aspirado a cotas mayores. «Tenemos un plantillón, diez tipos que han trabajado a muerte y unos grandes profesionales que tenían que haber estado más arriba», asegura.

Sostiene que el modelo de competición no es en absoluto justo y mucho menos adecuado, ya que desvirtúa mucho la competición «En Oro casi todos se juegan algo hasta el final. En Plata desde hace cuatro semanas, en este grupo A2, hay equipos que ya no se jugaban nada por arriba y otros cuatro por abajo ya descendidos desde hace tres partidos. El 40% de los partidos no han servido para nada», sostiene. Considera además que es muy injusto. «Nosotros vamos a descender habiendo ganado más partidos que muchos equipos del otro grupo A1. Este modelo hay que cambiarlo, no sirve. Hemos ganado 17 partidos y perdido otros 17 y bajamos. Con este sistema de 24 equipos y dos grupos, somos vigésimos, cuando por victorias-derrotas seríamos decimocuartos», dice.

Independientemente de lo que ocurra este verano --saber si se está en Plata o la continuidad de la directiva- Raúl Pérez tiene como primera opción seguir. «Vamos a acabar dignamente, si el equipo se hubiera salvado teníamos todos claro que me quedaba. A mí me encantaría hacerlo», dice.