Antonio Jesús Domínguez (Fregenal de la Sierra, 30 de diciembre de 1989) había encontrado la plena felicidad en el mes de noviembre, cuando «tras echar muchos currículums», según su propia expresión, consiguió trabajo en una fábrica de empaquetado de loncheados ibéricos en Higuera la Real, a cinco kilómetros de su localidad natal.

El portero de la selección extremeña de fútbol 7 para paralíticos cerebrales, también internacional con España, está sufriendo, como tantos otros,los efectos de un ERTE, «hasta que dure esto del confinamiento”, pero él sabe que volverá la rutina, que en relativamente poco tiempo viajará a diario con su paisana Isabel, «que tiene el mismo horario» y que en Lonchiber le espera el día a día de horario de 9 a 17.00 horas. «Estoy muy contento», reitera, agradecido, el deportista, ahora en su domicilio con sus padres pasando el tiempo de la mejor manera posible, entrenando «5 o 6 días a la semana» con el plan que le envía el cuerpo técnico de la selección española.

Domínguez está contento, sí, pero no a plenitud porque le falta lo que más le seduce en esta vida: echa «mucho de menos» el fútbol, especialmente, en su particular y obligado letargo social por culpa del coronavirus. Antes seguía unas pautas fuera del trabajo que le colmaban en forma de actividad deportiva. «Continuaba entrenando con el Frexnense», de la Primera División extremeña, en el que es tratado «como uno más». Además, «iba al gimnasio». Todo ello ha sufrido un áspero parón que él sobrelleva como mejor puede. «Estaba muy ocupado; ahora…». Pero él no desespera. Alguien con su fortaleza mental sabe positivamente que llegarán tiempos mejores y que retornará su permanente estado de satisfacción.

«Entreno una hora y, a veces, un poco más», dice el futbolista, que al menos dice tener una «casa bastante grande y con patio», donde puede cumplir con la autoobligación que se ha planteado. Y es que Antonio Jesús Domínguez quiere seguir disfrutando del deporte el máximo tiempo posible, al punto de no ponerse una fecha para dejar de hacerlo.

El portero continúa con la selección extremeña, en la que es ya un referente. Ya los resultados no son tan buenos como en años anteriores, con un título nacional incluido en 2015, aunque en esta última edición se había mejorado lo del pasado año.Y es que la nueva hornada cuesta que dé el paso adelante por muy diferentes circunstancias.

«Hay que lograr que venga gente joven. Ahora es difícil, se van cumpliendo años y la gente tiene que trabajar y otras obligaciones; cada uno tiene sus vidas», apunta el frexnense, tipo agradecido y orgulloso de un pueblo en el que es ya una referencia, al punto de haber sido pregonero de las fiestas. Su carisma pesa. Antonio Jesús Domínguez, el entuasiasmo bajo palos, el fútbol a otro nivel, como proclama el espectacular documental de Javier González, de la Federacion Extremeña.