Seis millones por la gira asiática y otros tres por los otros amistosos se embolsará el Barça en esta pretemporada. La escala en Israel y Palestina, sin embargo, no ha perseguido ningún afán económico, sino la voluntad del club de posicionarse a favor de la paz en esta conflictiva región mundial. "Queremos explicar que con el deporte y los niños se pueden tender puentes en todos los pueblos", ha explicado Javier Faus, el vicepresidente económico.

El Barça lleva meses preparando una visita en la que todo está pautado, sobre todo por la extrema sensibilidad en materias de seguridad que existe en la zona: los discursos están medidos, el tiempo de cada actividad está reglado y toda las actividades han sido supervisadas por autoridades palestinas e israelís para evitar susceptibilidades.

Además del interés institucional azulgrana existe también una voluntad de reafirmar al Barça en su liderazgo mediático. "Somos el primer club del mundo para palestinos e israelís", ha asegurado Faus. La primera intención del Barça era celebrar un amistoso ante un combinado local, pero la complejidad de la situación convirtió el partido en sendos 'clínics'. "Hace meses las conversaciones de paz no estaban activas; de lo contrario, habría sido posible", ha precisado Faus, que ha sido el emisario del Barça para organizar la visita.

El dirigente ha agradecido la colaboración de Qatar Sports Investment para dispensar al Barça del amistoso que, por contrato, le correspondía realizar en este fin de semana. Por los dos encuentros de Thailandia y Malaisa el Barça recibe alrededor de tres millones por cada uno, mientras que los otros tres millones, hasta el total de nueve, proceden de los encuentros de Múnich, Oslo y Gdansk.