Hace un mes, la situación clasificatoria del Cáceres 2016 no era muy distinta a la actual, pero empezaban a entrarle las dudas. Llevaba cuatro derrotas seguidas fuera de casa y empezaba a intuir que no le iba a llegar la gasolina solamente siendo sólido en casa, algo que no ha dejado de acreditar en toda la temporada. Sin embargo, algo ha hecho click en este equipo desde poco antes de las navidades y el vestuario vive un momento de euforia... aparentemente controlada. La tremenda confianza con la que parecen jugar ahora todos, como poseídos, tendrá una perfecta prueba de madurez el próximo viernes en la pista del Ford Burgos, otro de los aspirantes a acabar con el poder establecido en la LEB Oro, el binomio Obradoiro-Murcia.

No se puede afrontar mejor esa cita con tintes de revancha. Sabido es que jugadores como Carlos Cherry, Francis Sánchez o Lucio Angulo llegarán rabiosos al Pabellón El Plantío para desquitarse de lo ocurrido el pasado mes de mayo, cuando fueron barridos dos veces seguidas en los playoffs , lo que lastró irremisiblemente sus opciones en la serie. Entonces, esos pesos pesados del equipo se preguntaban cómo podían azuzar a Drew Naymick, Shawn Taggart y Kaspars Berzins contra la agresividad con la que les sometían los pívots burgaleses. No lo consiguieron demasiado, a la vista de los resultados. Gustavo Aranzana tomó nota y renovó casi por completo su batería interior. Y con Ryan Humphrey y José Angel Antelo la situación es bien distinta.

Muchos esperan la recuperación de Jelani McCoy para ver qué dimensión puede dar el Cáceres 2016 con él de nuevo. Es ´5´ titular y una de las bases de la plantilla. Pero otros temen que su regreso rompa el particular equilibrio que hay ahora. En todo caso, su participación en Burgos continúa siendo muy dudosa. Aranzana prefiere ser prudente y no exponerle antes de tiempo, aunque ya ha empezado a correr y parece sentirse bien tras ser operado en la espalda.